Opinión

Pedir está muy bien, pero algo habrá que hacer también

HACE UNOS días nuestro presidente autonómico convocó a una serie de colegas, mandatarios a su vez de las autonomías más desfavorecidas, la de la España despoblada, según anunciaban los titulares, para reclamar al unísono un modelo de financiación autonómica que tenga en cuenta las particularidades de estas regiones.

Quienes siguen esta sección son de sobra conocedores de mi defensa casi obsesiva de la igualdad entre territorios. Es uno de mis recurrentes caballos de batalla, una de esas cuestiones a las que dedico mi empeño prácticamente desde que tengo conciencia social y política. No me canso, ni me cansaré, de enarbolar la bandera de la igualdad para con las personas, los colectivos o los territorios, porque ese es un derecho de todos los españoles y un deber para quienes ostentan la responsabilidad de gobernarlos.

No me parece mal que estos señores presidentes se reúnan para reclamar lo que consideran que es de justicia en cuestiones de financiación. Pero además de reclamar, sería tanto o más útil que hicieran los deberes en su comunidad evitando situaciones que claramente nos discriminan respecto a otros lugares de España.

Así, en el caso de nuestro presidente, además de ejercer de anfitrión, su deber es trabajar para que los gallegos tengamos más recursos y las mismas oportunidades que cualquier otro ciudadano español. Algo que hoy, por desgracia, no ocurre. Y no solo por cuestiones que dependen del Gobierno de España.

Andalucía y la Comunidad Valenciana, por ejemplo, dos de las comunidades ausentes en esta reunión, no cuentan con ninguna autopista de peaje de titularidad autonómica. Evidentemente, sus ciudadanos y sus empresas gozan de una ventaja económica comparativa con respecto a los gallegos. Una ventaja que no es pequeña, como reconocía hace unos días Ethel Vázquez en un tuit, coincidiendo con el anuncio de la bonificación del viaje de vuelta a los usuarios de la autopista Santiago-Ourense. En palabras de la conselleira de Infraestructuras, y cito textualmente, “Un veciño de Lalín que realice 25 viaxes ao mes a Santiago poderá aforrar 2.178 euros ao ano”. Imagínense lo que ahorraría en el caso de que se eliminase la totalidad del peaje, que es lo que venimos reclamando desde hace años. Solo en el caso de ese vecino dispondría de casi 5.000 euros más, que repercutirían en buena medida en los negocios de su entorno.

Eso es lo que tenemos que demandar los gallegos. Que no nos lo pongan más difícil. Hemos demostrado en infinidad de ocasiones que somos un pueblo emprendedor y trabajador. No le tenemos miedo a nada ni a nadie, siempre y cuando podamos competir en igualdad de condiciones. Algo se está haciendo mal desde dentro cuando no somos capaces de retener a nuestros jóvenes, cuando vemos como muchos gallegos alcanzan el éxito en el exterior pero no han sido capaces de sacar adelante sus proyectos en su propio territorio.

Estimado presidente, ¿por qué no empieza por ahí? Que eso no se lo tiene que pedir a nadie.

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