Opinión

Abandono

VERGÜENZA DEBÍA de darles a los responsables públicos de Reus y a los familiares y amigos, si aún le quedaban, de esa pobre señora de 81 años y vecina de la localidad tarraconense, que falleció en el incendio de su vivienda, provocado por las velas que utilizaba ya que tenía la luz cortada por falta de pago. Vergüenza debía de darles, también, a los responsables de la empresa que comercializa el gas y la electricidad en Tarragona. Ya se sabe que en estos tiempos de crisis las empresas suministradoras de energía en España son muy pobres, tienen pocos recursos y, además, no tienen casi beneficios, con lo que la falta de pago del recibo de la luz de un anciano consumidor puede llevarlas a la ruina. Así que, tijera al canto, el muerto al hoyo y el vivo al bollo de la cuenta de resultados del Ibex celtibérico, que para eso están y no para hacer caridades. Aunque, claro, en esta sociedad de las tecnologías de la información, en donde todo se sabe y, además, se comunica, la empresa energética en cuestión y de cuyo nombre no quiero acordarme, va a tener un gravísimo problema de imagen que les va a costar un ojo de la cara, lavar y pintar. Muchos millones de euros van a tener que gastar en una cirugía estética colosal para pagar la estupidez, la falta de caridad cristiana y otras muchas más faltas éticas, morales y profesionales de algún operario u operaria que trabajan en la compañía energética como autómatas insensibles y que no se preocupan lo más mínimo de saber quién está detrás de un sencillo documento nacional de identidad con un nombre y un par de apellidos. Un nombre, un ser humano que, seguramente, lleva pagando a esa misma compañía los recibos de la luz, puntualmente y sin falta, desde hace más de 60 años cuando construyó un hogar y formó una familia que necesita, claro está, agua caliente, luz y calefacción.

Lo sucedido ahí está. Ya no tiene remedio. Y ahora, el ayuntamiento, la familia de la anciana y la compañía energética con las aseguradoras correspondientes andan a la greña. El problema de nuestros ancianos que tienen la desgracia de vivir solos es un asunto conocido pero los que gestionan nuestros dineros nada hacen o muy poco, tratando de solucionar el problema con cataplasmas de la abuela y mucho bla, bla, bla. Y que no digan que no hay dinero porque mienten. Ahí están las ayudas multimillonarias a muchos países; prestamos multimillonarios que no se reclaman, aeropuertos y autopistas vacías; millones en la normalización y en la inmersión lingüística de Galicia, Cataluña y País Vasco. Y, ahora, la guinda del pastel. El último de los despilfarros de los separatistas catalanes que pagamos los demás españoles: El expresidente del gobierno regional Arturo Más, se ha gastado más de 645.000 euros, en viajes por medio mundo para contar la trola, que nadie se cree, de la nación catalana. Más de medio millón de euros que fueron, además y dada la crisis económica, detraídos de otras partidas presupuestarias, como la de Sanidad o Educación, que habían sufrido muchos recortes en la época. Un dinero, tirado a sabiendas, por un visionario a quien nadie recibió en ninguna de las cancillerías a las que acudió a pedir lo imposible. Igual que hacen muchos cientos de miles de españoles que viven en la pobreza: Pedir una ayuda imposible en el desierto político.

Comentarios