Opinión

Ángel Nieto

LAS ESTÁ pasando canutas en el hospital, pero Ángel Nieto es muy difícil de vencer. La de la guadaña lo va a tener muy crudo para ganarle la batalla al mejor deportista español de todos los tiempos, digan lo que digan los miembros del jurado que concede el galardón de los premios Príncipe de Asturias de los Deportes, que tendrían que explicarle a la ciudadanía española y, en especial, a los amantes del motociclismo cual es la razón por la que se le viene negando su concesión, al campeonísimo Ángel Nieto.

Ya se sabe que en esta españa nuestra somos muy dados a olvidarnos de nuestros héroes. De esos hombres y mujeres, uno entre un millón, que destacan mundialmente, sobre todos los demás, en alguna actividad importante. Pero es absolutamente impresentable que los señores del jurado de tan prestigioso premio le hayan arrebatado a Nieto un galardón que ningún otro merece más que él.

Ángel Nieto, ha sido trece veces, trece, que se dice muy pronto, campeón del mundo de motociclismo. Ahí es nada. Y no lo fue más porque no le dio la gana. Pero, para los señores del jurado, la trayectoria del piloto español no es suficiente. Es mejor no tener ningún título, por lo visto. Y vaya si lo es, porque a otro piloto, Sito Pons, si le concedieron el premio cuando solo fue campeón del mundo dos veces.

No conozco la composición del jurado que lleva tantos años cometiendo este desvarío imperdonable, pero allá ellos y su conciencia. Le han negado lo que se ganó a ley, jugándose la vida, un hombre humilde, que fue capaz, el solo, en una España de bicicletas, alpargatas y remiendos, ser el número uno del mundo en motos. Que manda carallo. ¡Hombre! No creo que sea tan difícil el veredicto y la votación. Solo hace falta saber contar, aunque sea con los dedos. Si a Sito Pons, que ganó solo dos títulos mundiales, le conceden el premio, no habrá duda en otorgárselo al que ha ganado trece. El fallo seria impecable, racional, justo y sensato. Y, además, celebrado por todos los españoles. Sería un Premio Príncipe de Asturias del Deporte de verdad. De la buena.

Recuerdo que en el año 2005, los señores del jurado le concedieron el galardón a otro genio del motor, Fernando alonso, y decían en el acta que alonso pertenece al mundo de los campeones singulares; de aquellos que consiguen abrir nuevos caminos en especialidades de máxima dificultad, lo que le ha convertido ya en un símbolo. Exactamente lo mismo que ha hecho, pero multiplicado por mil Ángel Nieto, que se abrió camino sin un duro y logró, a base de jugarse el cuello, que se izara la bandera española y se escuchase el himno nacional por todos los circuitos de este mundo. S.M. el Rey emérito, Juan Carlos I, es testigo excepcional. Cuantas veces acompañó a este español universal en lo más alto del cajón del viejo circuito del Jarama y en otros muchos, para imponerle la corona de laurel de los campeones. Muchos españoles le tenemos siempre presente. Nos ha hecho disfrutar muchísimo. Y ahí está su herencia, sin par, en nuestra armada motociclista actual. Decía Nieto cuando le preguntaban por el Premio que a él no se lo darían ni a título póstumo. Espero de corazón, que lo vaya a recoger muy pronto y con la cabeza bien alta.

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