Opinión

Apocalypse Now

INCOMPRENSIBLE, inadmisible e intolerable. Como puede suceder que cuatro helicópteros del Ejército español sobrevuelen territorio de España. Inaudito. Una provocación y una agresión sin precedentes a la Ley de Bases de Régimen Local y a los vecinos de Gerona.

El pasado lunes, cinco helicópteros del Ejército que regresaban a España después de haber participado en unas maniobras en el sur de Francia aterrizan en el aeropuerto de Gerona para cargar combustible y dirigirse hasta su base en Zaragoza. Realizada la maniobra parten para la base y sobrevuelan, claro, la ciudad de Gerona. Y se armó la marimorena. La alcaldesa de la ciudad, Marta Madrenas, una marioneta del golpista Puchimon, montó en cólera y denuncio, públicamente, esta gravísima agresión a la soberanía catalana. Como en Apocalypse Now y las bombas de napalm, debió de pensar la alcaldesa en su obsesión golpista.

Hace cinco años, también otro golpista que hoy está en la cárcel, Raúl Romeva, presentó una queja ante las instituciones comunitarias europeas por los vuelos de unos aviones militares españoles de maniobras en la provincia de Lérida. Romeva, reflejaba en su denuncia, ante la carcajada comunitaria general, que las maniobras aéreas eran preparativos para una intervención militar en Cataluña.

Hace años, Jordi Pujol, el tío Gilito del trinque político, también veía fantasmas, y protestaba por la ola de españolismo rancio que amenazaba sus posesiones territoriales en Cataluña. El pájaro catalán se había molestado muy mucho por el extraordinario éxito televisivo de la denominada Operación Triunfo y de la famosísima Rosa, porque producía y desprendía, en su opinión, un enorme y hediondo tufo a España que le estaba contaminado su finca particular. Una ola de españolidad rancia, vieja y demodé que hacía que el viejo trilero se pusiese de los nervios y se viera perseguido por los Tercios de Flandes españoles como aquel Guillermo de Orange, estatuder de Holanda y Zelanda, cuando el Duque de Alba empezaba a menear los viejos Tercios de Cerdeña o de Lombardia y hacia correr al de Nassau, un día sí y otro también, por los Países Bajos adelante. Jordi Pujol no se parecía en nada, al príncipe de Orange, ni Rosa de Granada, es más que evidente, se asemeja a Don Fernando Alvarez de Toledo, tercer Duque de Alba y Gobernador General de los Países Bajos, pero en su esquizofrenia nacionalista el catalán veía a la andaluza, pica en mano, con barba, coselete y la banda roja de general a punto de cargarse las decenas de años de educación catalanista y antiespañola que tanto dinero y estupidez han costado para tratar de separar, incluso reinventando la historia, lo que lleva unido muchos siglos.

Y esto es lo que tenemos. Una pandilla de golpistas y tarados en las instituciones, derrochando dinero a espuertas que las elites políticas y extractivas nos confiscan y requisan a todos los españoles. El paro, la emigración, la droga, la falta de vivienda y la bancarrota catalana que pagamos todos no son problema. No, aquí el problema son unos helicópteros del Ejército español que no pueden volar sobre España. Y el Gobierno en la luna y el astronauta en Hacienda de parranda con doña Lola. Todo un despropósito.

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