Opinión

El diálogo catalán

 

DICE, AHORA, doña Carmen Calvo, ilustre vicepresidenta del gobierno de Pedro Sánchez, que todos los actores políticos deben de arrimar el hombro con cordura y con patriotismo, ante la crisis territorial de Cataluña, ya que según piensa, doña Carmen, al final “todo el mundo tendrá que rendir cuentas ante la Historia”. Y tiene toda la razón. Y vaya si las van a rendir ante la Historia y ante el mundo, si persisten en mirar para otro lado e ignorar, conscientemente, haciendo dejación de sus funciones, que el presidente regional catalán sigue en abierta rebelión golpista contra el gobierno de la Nación y se permite el lujo de lanzar proclamas de ataques al estado, mientras el presidente Sánchez, sigue de vacaciones por Hispanoamérica, recibiendo medallas y condecoraciones.

Y las cuentas son tan colosales que no tienen explicación posible. Porque explicar que se permita la desmembración y balcanización de una de las naciones más antiguas y más importantes de Europa y del mundo, por la inacción y los intereses personalísimos de sus gobernantes, que han sido capaces de pactar un gobierno con el diablo, única y exclusivamente, para el cobro de una pensión vitalicia y demás prebendas y canonjías, para amigos y amigotes, es imposible de explicar y nunca de justificar.

Dice Calvo que hay que arrimar el hombro. ¿Lo arrimó ella cuando negocio con el presidente Rajoy la aplicación descafeinada, blandita y buenecita del artículo 155 de la constitución? obligando a que no se interviniera mucho la autonomía y a que se convocaran elecciones autonómicas en un brevísimo plazo. Un error demencial y capital, típico del progresismo celtibérico y del buenismo estúpido, que nos ha vuelto a llevar, un año después, a la misma y gravísima situación.

Y, ahora, después de la desfeita, la señora Calvo, que fue cocinera antes que fraila, pide papas y apoyo a todos los partidos políticos porque le ha entrado el canguelo. ¿Y a que partidos se refiere doña Carmen? ¿A Herri Batasuna, a los golpistas de la Esquerra Republicana, a los también golpistas de Arturo Mas y Pujol, a los traidores del PNV, a Podemos que están con ellos? ¿Nos toma por tontos a los españoles? No sé qué clase de profesora de Derecho constitucional es la señora vicepresidenta, pero pensar que se puede gobernar España con 80 diputados es no saber nada de Derecho ni político, ni constitucional y, además, creer en los pajaritos preñados.

La señora Calvo, lo que tiene que hacer para solucionar el tema catalán, es convocar una mesa para el dialogo y contratar a los mediadores del PNV. Aquel famoso grupo de espiritistas asilvestrados que capitaneaba un tal Brian Currin, cuyo trabajo consistía en pasearse por Bruselas y sus restaurantes, haciendo como que le pedían una tregua a los terroristas de la ETA y, al tiempo, solicitaban del gobierno español que se bajase los pantalones en un nuevo dialogo por la famosa “paz”. Todo, claro, previo pago. La mesa, que se reunirá solo los fines de semana en Barcelona, dejando a un lado los gastos de restaurantes, copas, hoteles y cafetería, saldría, más o menos, en unos 20.000 euros. Mucho más barato que el costo del viaje en avión del presidente Sánchez al concierto de Benicasim. Y, además, el éxito en la negociación está asegurado. No lo dude doña Carmen. Todo sea por patriotismo. como decía Fraga, antes de venir a Galicia y ponerse a tocar la gaita: “España es lo único importante.” Si, si.
 

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