DEBEN DE ESTAR muy contentos los socialistas extremeños por los 1.700 millones de euros que Sánchez les ha regalado a los separatistas catalanes para que lo sigan sosteniendo en el poder.
El presidente, a través de una de sus ministras, les ha metido en el bolsillo 1.700 millones para la ampliación del aeropuerto del Prat, que debe de ser muy antiguo y necesita una reforma. Reforma que lo convertirá, según la ministra, en un "hub" internacional, que es la repera limonera en aeropuertos. Un aeródromo "hub". Un espacio aeroportuario lleno de emprendedores, startups e inversionistas al por mayor, para desarrollar empresas innovadoras que potencian el aprendizaje, el trabajo colaborativo, la cocreación, la economía circular, la sostenibilidad, la resiliencia y que, además, pueden acelerar la doble transición ecológica y digital con el fin de que la recuperación sea verde, inclusiva y social. Una transición hacia una economía y una sociedad climáticamente neutras, sostenibles, circulares, respetuosas con los límites impuestos por el medio natural, y, claro está, eficientes en el uso de los escasos recursos, lo que es fundamental para la innovación disruptiva en el ámbito de la inteligencia artificial de la butifarra.
Con un aeropuerto así, además, se impulsará la formación que necesitan los bachilleres, la ciencia y la innovación, la economía de los cuidados, el sistema público de salud y la modernización de los sectores tractores para lograr un crecimiento futuro más sostenible e inclusivo. Crecimiento que nos llevara, como dice Echenique, hacia una economía más productiva, una sociedad más cohesionada y un progreso basado en la protección de los valores constitucionales y los derechos de todos los ciudadanos, tal y como sucede en Cuba, Venezuela, Irán y Corea del Norte.
Por el contrario, en el resto de España seguimos como siempre. Es decir bastante mal y sin que nos den un duro desde el gobierno de Sánchez que solo tiene ojos para los golpistas. Así, aquí, en el Finesterrae, estamos sin vacunas y en una Extremadura sin "hub", siguen con el "Ferrobús" por todo transporte ferroviario. Me da que a los socialistas extremeños no les ha sentado nada bien ese regalo a los golpistas de 1.700 millones, mientras Sánchez los mantiene a ellos en los años setenta, con una línea férrea que deja a los viajeros que se aventuran a ir a Madrid tirados en la vía, un día sí y otro tan bien, teniendo que hacer noche en Navalmoral de la Mata.
Es inadmisible que a día de hoy los extremeños no dispongan de unas infraestructuras de ferrocarril mínimamente dignas y acordes con los tiempos. Se tira el dinero a espuertas y el poco que queda se le da siempre a los mismos para que amplíen, aún más, todo lo que tienen en exclusiva. Una situación injusta que sufre con paciencia el ciudadano de Extremadura harto de viejas comunicaciones y vetustos trenes que lo acercan al "Ferrobús" de Arias Navarro. Un invento alemán que se conocía con el nombre de "Schienenbus" y que venía a España a sustituir a aquellas viejas locomotoras de vapor en los trayectos de corto recorrido. Que agradables recuerdos le traen a uno aquellos viajes a Vigo para ver al Real Madrid de Pirri, Breitner y Santillana. En fin, que después de lo del golpe de Estado en Cataluña, los 1.700 millones y el "Ferrobús" extremeño, veo al señor Fernández Vara, presidente de Extremadura, en globo.
Les deseo unas Felices Fiestas de la Peregrina. ¡Y no se olviden de apagar la luz!
