Opinión

El tango

SIGUE ECHENIQUE con su tango. El tango de la Seguridad Social. La vida misma. Esa que magníficamente pintó su paisano en la Argentina, Enrique Santos Discépolo. Magnífica letra. La canción porteña de la que alguien dijo que es tan antigua como el hombre y que nació con el primer dolor del alma. Esas letras que se escuchaban en los boliches de la calle Necochea de La Boca o en el café Sabatino, y que ponían en pelotas al mundo mundial. Ese mundo en el que usted vive señor Echenique. Este “Cambalache” que dice así:

“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao... Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

¡Pero que falta de respeto, qué atropello a la razón! ¡Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón!

Siglo veinte, cambalache, problemático y febril, el que no llora no mama y el que no afana es un gil. ¡No pienses más, siéntate a un lao, que a nadie importa si naciste honrao! Es lo mismo el que labura noche y día como un buey que el que vive de los otros, que el que mata o el que cura o está fuera de la ley.” ¡Chin pum, chin pun, chin pun!

Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón. Y aquí, señor Echenique, en esta Celtiberia en la que ha caído usted en paracaídas, visto lo visto, hay mucho ladrón. Ya lo sabemos. Por eso no hace falta que nos lo esté recordando todos los días. Cualquiera es un ladrón, ya lo dice el tango. Así que, Echenique, no hacía falta que escribiese usted un artículo insultante en el diario El País, llamando banda criminal a la gente del Partido Popular, para tratar de disculpar, maquillar, barnizar y despistar al personal del feísimo asunto de ese asistente suyo sin dar de alta en la Seguridad Social. Una Seguridad Social que tan bien le ha tratado a usted en sus problemas de salud y que pagan su sostenimiento, religiosamente, los españoles, muchos de ellos, unos cuantos millones, votantes del Partido Popular. Que el personal estuvo robando, por la derecha y por la izquierda, pues claro. Ya lo sabemos. Y pagaran por ello. Como tendrá usted que pagar la multa que le impongan por ir de listo y meterse en el patio de Monipodio como un Rinconete cualquiera. Y no insista en el maquillaje y en el despiste. Resígnese, Echenique. Le han pillado con las manos en la masa. Pagaba muy poco y en negro a su empleado. Un cambalache, un trapicheo, una prendería, un tango, era lo que tenía usted montado con su cuidador, ayuno de contrato y cotizaciones, y la Seguridad Social, viviendo revolcados en un merengue y en un mismo lodo, todos manoseados. Como dice el tango. El suyo.

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