Opinión

Estaba visto

Ya lo venía advirtiendo con absoluto acierto y como siempre acostumbra Jaime Mayor Oreja, que conoce el percal sobradamente. Decía y dice Jaime Mayor que no solo no se ha derrotado a la Eta, sino que los terroristas siguen estando muy presentes. Tanto que tienen miles de concejales, son alternativa al PNV en el País Vasco y, además, están sosteniendo al gobierno de Pedro Sánchez y gobernando con él. Solo falta que el presidente nombre a Josu Ternera ministro. Nada extraño, además, si tenemos en cuenta que el tal Ternera, en su día, llego a ocupar como diputado un asiento en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco, que ¡manda carallo!

Recuerdo a don Jesús Eguiguren que es o fue, tanto da, presidente del Partido Socialista Obrero Español en la región vascongada. Un personaje muy peculiar y con un estomago a prueba de bomba. Nunca mejor dicho. Al señor Eguiguren, además de las cochas y el bacalao que le encantan, se sentía muy a gusto compartiéndolas con los terroristas etarras. Y así lo declaraba a los medios informativos manifestando que se llevaba muy bien y se entendía divinamente con el asesino de niños españoles Josu Ternera, con el que comía y departía muchas veces.

Josu Ternera, ya saben ustedes, aunque las televisiones del régimen, el gremio de los periodistas por el bocadillo y algunos directores de cine y titiriteros varios traten de taparlo con la brocha gorda del blanqueo, es el terrorista que ordeno el criminal atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, en el que murieron once personas entre las que se encontraban cinco niñas de cortísima edad, dos de ellas hermanas gemelas de cuatro años. El mismo Ternera que estaba estabulado en el parlamento regional vasco, donde sus vecinos de escaño, diputados socialistas, asistían a las sesiones de la cámara con escolta armada.

Este criminal y así hay que recordárselo a este Gobierno, lleva riéndose de los españoles unos cuantos años mientras se encuentra de vacaciones en Paris o alrededores. Un asesino que huyo de España en las mismísimas narices de un avispado magistrado instructor del Tribunal Supremo, a quien dejo plantado en dos ocasiones, porque su señoría togada no consideró precisa su detención, al no apreciar ninguna razón para que pudiera escapar y no considerar urgente su citación, en contra, como siempre, de la petición del fiscal y de la acusación particular.

La ETA, aunque traten de que lo olvidemos, ha matado a muchos niños españoles, a quienes después de las consabidas lagrimas de cocodrilo de los tragaldabas del PNV y del señor Eguiguren, sus hipócritas declaraciones, telegramas e inútiles manifestaciones de condena, se les enterraba en el más terrible de los olvidos. Creo que la última criatura que habían matado estos asesinos se llamaba Silvia Martínez y tenía seis años de edad. Antes que ella también asesinaron a los niños Jesús M. Campos, José Maria Piris, Alfredo Aguirre, Sonia Cabrerizo, Susana Cabrerizo, Silvia Vicente, Jorge Vicente, Miriam Barrera, Esther Barrera, Luis Delgado, Vanesa Ruiz, Maria Cristina Rosa, Ana Cristina Porras, Maria Pilar Quesada, Fabio Moreno y unas cuantas criaturas más hasta llegar a treinta y una. Cinco de estas niñas están en la cuenta de Ternera. Pero esto a Pedro Sánchez le da igual. Entran en los Presupuestos.

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