Opinión

Gasto Militar

Nuestro presidente del Gobierno no da una y ahora tiene que volver a rectificar. De decir públicamente, como buen progre, que había que suprimir el ministerio de Defensa, ahora, por necesidades del guión, ha pasado a reconocer que hay que aumentar los gastos en armamento para la seguridad de esta vulnerable España que está a merced hasta de Marruecos. No hay nada como ver las barbas de tu vecino afeitar, para poner las tuyas a remojar y darse cuenta de que la defensa de un país tiene que estar en manos de un ejército perfectamente preparado para matar y para morir en defensa de sus compatriotas, y no para repartir tiritas y preservativos por el mundo adelante.

La criminal invasión que están sufriendo los ucranianos por los comunistas rusos a sangre y fuego en sus propias casas, en donde se bombardean hasta los hospitales infantiles, las vendas y el betadine, el aburridísimo discurso progre y el dialogo no sirven para nada ante una bomba termobárica.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, un valiente hombre de Estado que sabe que acabara muerto bajo las bombas rusas en defensa de la libertad de su país, no le pide a la Unión Europea dialogo ni diplomacia que él mismo le ha ofrecido y le ofrece a Putin a diario, sin recibir respuesta alguna. No. El presidente Zelenski le pide, le suplica desesperado a Europa armas y aviones. Le ruega ayuda militar, la que sea, para poder defenderse de un invasor que está arrasando todas las poblaciones por las que pasa matando mujeres, niños y ancianos.

El presidente de Ucrania, un joven abogado, actor, guionista y productor de televisión, que tiene, él solo, más cojones que todo el Parlamento Europeo junto, incluidos los ujieres, le ha pegado tal patada en el trasero a esa vieja chocha que es Europa, que ha despertado a todos sus líderes y les ha abierto los ojos.

Winston Churchill, ya se los abrió en 1946, en su famoso discurso Los pilares de la Paz que pronuncio en Fulton, Missouri, donde advirtió al mundo que: "Desde Stettin, en el Báltico, a Trieste, en el Adriático, ha caído sobre el continente un telón de acero".

Zelenski, es el nuevo Churchill. Un líder que le ha vuelto a recordar a una Europa lela y tonta, a sus tibios líderes y a sus acomodados ciudadanos lo que encarna y significa Putin y el viejo comunismo. Y el personal, con el ruido de las bombas, los llantos de los niños y las imágenes de la televisión, se ha levantado, por fin, de la siesta. Quién lo diría. Así, el presidente francés esta todo el día de un lado para el otro, de palacio en palacio, dialogando; su colega británico no se sabe muy bien que hace, mientras que el canciller alemán, un serio personaje, aun por conocer, ha hecho lo que haría cualquier dirigente con sentido común que es responsable de la seguridad de sus vecinos: aumentar el gasto militar alemán, en defensa de la soberanía de su nación y de la libertad de sus ciudadanos. Cuando un dictador como Stalin o como Hitler, que se aliaron para repartirse Polonia, con las bendiciones del comunismo celtibérico de la época, ataca la independencia de Ucrania, invadiéndola, lo lógico es que los ucranianos se defiendan con armas y con un ejército preparado para pelear y para morir. Es lo que hay. Aun no se ha inventado otra cosa. Los Chupa Chups, no valen. Solo espero que Sánchez haya tomado nota.

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