Opinión

Morosos del tributo

LA MINISTRA de Hacienda de España, María Jesús Montero, ha dado la orden de que se publique la lista de morosos con el erario público. Dicen en la Agencia Tributaria que los maulas del padrón de morosos deben más de 14.000 millones de euros. Una cantidad colosal con la que se podía pagar siete veces el presupuesto de Sanidad. Pero eso no ocurrirá porque la mayoría de todo ese dinero se ventila en complicadísimos procesos concursales en donde Hacienda debe de ponerse a la cola para el cobro de lo que sobre. Esto de la lista de maulas se le ocurrió al ex ministro Montoro. Debía de pensar que eso de salir en una lista pública y publicada les causaría mucha vergüenza, rubor y sofoco a los entrampados tributarios. Que pardillo. ¿Vergüenza, deshonra e infamia en Mario Conde, Miguel Bose, Agapito García, Dani Alves, Izquierda Unida y unas cuantas miles de sociedades, en un país de pillos como España? Por favor, señora ministra. Ya está bien de tomarnos por tontos. Lo que, realmente, produce vergüenza y bochorno, lo que es una afrenta una aberración, una deshonra, un ultraje y una infamia son otras cosas, señora Montero. Vergüenza y aberración es pactar la formación del Gobierno de la Nación con los enemigos de España, golpistas catalanes y etarras. Infamia e ignominia es que el presidente del gobierno ordene a Rosa María Mateo, una pobre mujer y su comisaria política en TVE, concederle una entrevista en la televisión de todos a un terrorista de la ETA, convicto y confeso, que jamás pidió perdón por los mil asesinatos de su banda, incluidos muchos "compañeros" de Pedro Sánchez. Una asquerosa y vomitiva entrevista que no era otra cosa que un blanqueo general para facilitar el infame gobierno de Navarra y el suyo propio.

Vergüenza, bochorno y ultraje produce saber que Zapatero, defensor del dictador Maduro que ha provocado el éxodo de cuatro millones de venezolanos, también ande con la brocha blanqueando a los golpistas, presionando de manera intolerable a los magistrados del Tribunal Supremo para que dicten una sentencia en su favor y abogando por el indulto inmediato de unos sujetos que han vulnerado grave y violentamente el orden constitucional.

Ver la televisión en España produce sonrojo además de ulcera de estómago. Un tristísimo panorama televisivo, que nos dejó como recuerdo, Soraya Sáenz de Santamaría, hoy, forrándose en el millonario despacho de abogados catalán de Cuatrecasas, en donde solo tienen voz los Sanchistas y sus socios los golpistas, los etarras y los antisistema podemitas. La derecha, gracias a doña Soraya, se comunica con los ciudadanos por señales de humo como los Apaches, o con los tambores "dundun", que utilizaban los yorubas en Nigeria. En fin, que es tanto el desastre y son tan enormes y numerosos los despropósitos que ocurren en esta España nuestra que ya no se sabe a qué atender, y menos a una lista de zascandiles tributarios. Un servidor ya no ve la televisión. Ni siquiera los telediarios. Para informarme conecto la cadena televisiva  "Choson Chung'ang T'ellebijyon", que es el ente estatal de televisión de Corea del Norte. Una televisión mucho más objetiva, imparcial, justa y ecuánime que TVE. Además, no entrevistan a terroristas. Allí, parece ser que no hay.

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