Opinión

Republiqueta

DICE, Felipe González que cambiar la Monarquía por esa "republiqueta" que "pregona" Pablo Iglesias destruiría España. Una republiqueta como aquellas que surgieron a principios de 1800 en los altos del Perú, en donde se asienta hoy la actual Bolivia. Eran territorios organizados de manera pobre, primitiva y bananera. Y gobernados por dictadorzuelos que campaban a sus anchas y hacia y deshacían a su antojo.

Pedro Sánchez, en cambio, no dice nada. El año pasado dijo algo así como que España es un Estado plurinacional. Y ahí se quedó. Dejo en el cajón aquella bandera de España de 14 metros que utilizaba en los mítines en Cataluña a modo de cebo electoral y, ahora, se ha pasado al Estado plurinacional por el coreógrafo jefe de los Coros y Danzas del socialismo separatista catalán, Miguel Iceta, que pone al PSOE tiritando cada vez que se arranca por bulerías con Gabriel Rufián en el afamado tablao de Casa Patas en la calle Cañizares 10 de la capital de España, que estos separatistas catalanes odian pero que no abandonan ni con aguarrás.

Hablaba Sánchez de plurinacionalidad y no lo explicaba. Claro, y es que hay cosas que no se pueden explicar. Y, entonces, para hacerlo, enviaba Tele Ferraz, a Adriana Lastra, ex alumna de la ESO con dificultades, a que lo aclarase y para que les voy a contar. Un desastre mayúsculo. No la entendió nadie. Ni el propio moderador del debate, que siempre es un periodista bizcochable muy comprensivo con las cosas de la izquierda.

En fin, que Felipe González está preocupado por la deriva que el comunista Iglesias le marca al presidente del gobierno que esta aterrorizado por el marchamo que llevan las cosas de este gabinete de cartón piedra y propaganda que nos lleva a la ruina.

España va camino de una balcanización clarísima. Y se convertirá en un conjunto de nacioncitas y republiquetas que no podrán pagar ni la luz que consumen. Lo que no logro entender es que es lo que pretende este señor que nos manda, todo apariencia y postureo, encantado de conocerse asimismo a mandíbula batiente y al que le suenan las pepitas del calacú cada vez que nueve la cabeza.

Me pregunto, por qué este hombre y a cambio de qué pretende liquidar la monarquía parlamentaria, la nación y la soberanía nacional que reside en el pueblo español y solo en él. ¿Quiere el señor Sánchez viajar a la primera República y a que se vuelvan a constituir las repúbliquetas de Cataluña, Málaga, Cádiz, Alcoy, Cartagena, Almansa o Andújar, para que la de Granada le declare la guerra a la de Jaén y la de Jumilla amenace a la de Murcia diciéndole, solemnemente, a los murcianos que: “La Nación Jumillana desea vivir en paz con todas las naciones vecinas y, sobre todo, con la nación murciana, su vecina; pero si hoyara su territorio, Jumilla se defenderá, resuelta completamente a llegar, en sus justísimos desquites, hasta Murcia, y a no dejar en Murcia piedra sobre piedra.”

¿Esto es lo que quiere Sánchez? ¿Volver a 1873 y desintegrar la nación? ¿Cómo puede ir de la mano de un personaje bananero que pretende llevarnos de cabeza a una Venezuela en la miseria? A esta España la miro un tuerto y a Sánchez también. Tenemos un presidente gafe. Y a este paso nos darán una nueva constitución republiqueta que diga que la Justicia emana del pueblo y se administra en nombre de Pisarello y Echenique. Que ¡tanto monta, monta tanto! Tiempo, al tiempo.

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