Opinión

Soledad de la Guardia Civil

TENGO escrito muchas veces, en esta misma columna, acerca del tradicional desamparo que sufre nuestra Guardia Civil. Desde aquella miseria de casa- cuartel, que no era ni lo uno ni lo otro, en la que tenia su sede la Comandancia de esta capital de provincia, hasta la afrenta de sus mezquinos y míseros sueldos, pasando por todo tipo de escaseces de material y medios. Penurias varias que viene padeciendo y soportando con paciencia franciscana la Guardia Civil, sin una sola queja.

En los gobiernos de España, de todos los colores y tamaños, se conocen perfectamente estas estrecheces presupuestarias y las vejaciones y humillaciones, como ese último y sangrante episodio sucedido en la localidad navarra de Alsasua, por las que pasa la Benemérita. Pero no les preocupa lo más mínimo porque son conocedores del sentido del deber, de la disciplina y del sacrifico de estos hombres y mujeres que jamás reclaman y que, desde hace más de ciento cincuenta años, vienen garantizando a todos los españoles el disfrute en paz de sus derechos y libertades.

La Guardia Civil ha soportado carros y carretas. Aún recuerdo las palabras y los insultos de aquel cabestro venezolano, un sicario del dictador caraqueño, que ejercía de embajador en España, y que acusó a nuestros guardias de delincuentes y torturadores, ante el cobarde silencio del entonces Director General de la Guardia Civil que no solo no defendió a sus hombres, sino que justificó las palabras del canciller extranjero, demostrando el enorme cariño que tenía por sus propios subordinados.

Y lo mismo sucedía en las aguas españolas de Gibraltar, en donde la policía de la roca y la Armada de Su Graciosa Majestad británica perseguían, amenazaban e insultaban a los guardias civiles sin que el responsable de la Benemérita de entonces, con el canguelo acostumbrado, abriera el pico para protestar. Y el desamparo continúa. Ahora, son los antisistema de Podemos los que continúan con la afrenta y la vejación. Los podemitas han elegido la localidad de Alsasua para celebrar el próximo 3 de diciembre un acto para conmemorar el Día de Navarra y “del Euskera”, porque que quieren “poner en valor que no existe ningún problema de convivencia” en el pueblo navarro, después de que un grupo de 30 proetarras agrediera brutalmente a dos guardias civiles y a sus mujeres, en una acción de una valentía inusitada. A uno de los guardias le tiraron al suelo, le rompieron un tobillo de un pisotón y como no se podía mover lo cosieron a patadas y puñetazos. Su novia intentó defenderlo y protegerlo hasta con su propio cuerpo, pero también fue golpeada salvajemente. Al otro matrimonio que los acompañaba le ocurrió lo mismo y fueron brutalmente golpeados. Por toda respuesta a estas agresiones, se emitió una condena del Gobierno con la boca pequeña y pelillos a la mar. En cambio, los amigos de los agresores convocaron una manifestación para apoyar a los proetarras. Durante la marcha se reivindicaba la localidad de Alsasua como un pueblo plural y abierto y exigían la inmediata liberación de los siete agresores imputados por un delito de terrorismo. Liberación que pedía también, pásmense, el fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, que acudió a la manifestación ufano y sonriente. Y esto es lo que hay. Sigue el desamparo y la soledad.

Comentarios