Opinión

Toros en Pontevedra

Otro año más se quedan las fiestas de La Peregrina sin toros por culpa de la pandemia. Así que las muy populares celebraciones de agosto ya no serán las mismas de siempre. Serán igual que las del pasado año: distintas. Como dice el dicho popular en Galicia, las fiestas de verano que se celebran en Pontevedra en honor de Nuestra Señora del Refugio La Divina Peregrina, no son verdaderas fiestas sino hay corridas de toros. Una Peregrina cuyos orígenes, según la página web de su cofradía, se remontan al siglo XVIII en el que unos peregrinos franceses que desembarcaron en la pontevedresa Bayona, traían consigo la bella imagen de una virgen con el niño en brazos que los guiaba y protegía en su peregrinar a Compostela. Los peregrinos franceses dejaron en Pontevedra la advocación mariana hacia La Virgen Peregrina, que como ustedes saben ha ganado en popularidad a las celebraciones del patrón de la ciudad, San Sebastián, y a las de nuestra patrona, Nuestra Señora de la O, que se celebra el dia18 de diciembre.

La celebración de las corridas de toros en Pontevedra tiene una honda tradición. Ya en el siglo XVI se daban toros en las plazas de nuestra ciudad. Como en la plaza de la Herrería desde antes del año 1500, lo que viene a echar por tierra, una vez más, las elucubraciones de los que otorgan pasaportes de galleguidad al por mayor que sostienen, aunque con escaso convencimiento, que el espectáculo taurino es una cosa ajena a la tradición cultural de Galicia. Ahí están en el Museo provincial unas magnificas fotos de Castelao en un tendido bajo de la plaza de San Roque asistiendo con sus amigos a los toros. Castelao se divertía como todo el mundo en las Fiestas de la Peregrina.

En el año de 1898, la revista Vida Gallega decía que “la bella ciudad del río Lérez se transformaba los días de las corridas de toros, desde la mañana, hora del sorteo y del apartado, hasta el arrastre y la madrugada. La villa es un hervidero de gentes de aquí y de allá. Los restaurantes y las cafeterías se muestran llenos y ya no hay entradas en las taquillas de la plaza, ni en la capital, ni en la vecina ciudad de Vigo, ni en Portugal. No hay localidades, solo el bullicio de la gente que transforma el sosiego y la paz de esta Pontevedra de paseo, tan tranquila y tan amable...".

Desde el año de 1892, en el que por primera vez se dio una corrida de toros como hoy conocemos y que despacho el diestro Luís Mazzantini, se viene celebrando en esta bella capital y de manera ininterrumpida hasta nuestros días, la fiesta tan española y por ende tan gallega de dar lidia y muerte al toro bravo. Que le vamos a hacer. Es la memoria histórica. La memoria real, no la inventada. En fin, que las fiestas de la Peregrina sin toros son un poco menos fiestas. Es este un comentario común y reconocido entre todos los pontevedreses y los amigos que nos visitan, año tras año, y que asisten a un espectáculo que mete todos los días en la Plaza de Toros a ocho mil almas, a un precio medio de 60 euros por barba, que se dice pronto.

Así es la Pontevedra festiva del verano y las corridas de toros una de sus principales tradiciones, dicen que desde antes del siglo XVI, aunque haya quien, a sabiendas, lo ignore y hasta lo esconda.

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