Opinión

Abismo

RESULTA MUY difícil imaginar qué clase de sentimientos pueden llegar a pasear por el corazón de una mujer que decide dar el paso de poner a la venta su intimidad para reflotar la economía de casa. No parece sencillo suponer como debe ser el momento en el que la dignidad se declara tu principal enemiga. Se hace todavía más complejo experimentar el mismo escalofrío, que recorre el cuerpo de pies a cabeza, cuando al llegar a casa un hijo pregunta: ¿cómo te ha ido el día mami?, ¿qué se le puede responder sin hacer daño?, ¿de qué forma se camufla una realidad tan triste como vejatoria ante los ojos de un menor? La ONG Cáritas ha vuelto a dar un golpe encima de la mesa de quienes gobiernan y disfrazan las evidencias con mensajes vacíos de franqueza. En un informe concluye que se ha incrementado el número de mujeres tanto españolas como extranjeras que recurren a la prostitución para sacar sus vidas adelante. Lo hacen porque la indigencia de oportunidades laborales sigue agrietando el suelo que pisan muchas mujeres, menores de 35 años y con un bajo nivel académico. Y, según parece, la situación empeora mucho más si una procede de Latinoamérica o África. Llegados a este punto se hace, prácticamente, imposible imaginar cómo sería despertarse cada mañana con la sensación de residir en un abismo que te desahucia al mismísimo infierno.

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