Opinión

Coartada perfecta

LA COARTADA es perfecta para darle la espalda a las ONG's. Los diversos incidentes, que las propias organizaciones se han encargado de denunciar y reconocer públicamente –en un necesario ejercicio de transparencia– ha logrado abrir la puerta, de par en par, a que quien no quería colaborar tenga los argumentos idóneos para poner a dieta su compromiso con la solidaridad. Que un grupo de personas utilizasen los recursos de una manera indecente o se empleasen a fondo en faltar a la ética del cooperante y vulnerar los más básicos principios humanos, contratando prostitutas en terreno o protagonizando casos de acoso sexual, no significa que se deba caer en la desidia o pasar directamente a la inacción.

Queda muy claro que aquellos que siempre demonizaron los proyectos de cooperación lo van a seguir haciendo sin rubor. Sin despeinarse. Sin que la conciencia se resienta lo más mínimo. Esa clase de fobias ya se encuentran inmunizadas ante cualquier posible reproche y se atrincheran en la posición de la crítica permanente para evitar tender la mano. Pero, una cosa es tomar la decisión de ser insolidario, y comportarse de manera insensible con las realidades sometidas a los dictados de la pobreza y la injusticia social, y otra bien distinta es buscar refugio en los hechos más lamentables registrados en el seno de las ONG's para tener la coartada perfecta para no contribuir a cambiar las cosas.

En los últimos días los pregoneros de la sospecha han labrado los peores mensajes posibles con el propósito de dañar a un sector con el que no desean compartir nada. Desde la ventana de la ignorancia, de no haber pisado un proyecto como, por ejemplo, la construcción de una escuela o un centro sanitario en un aldea remota del mundo y desconocer su impacto social, se siembra el camino a base de ideas deformadas y confusas sobre la misión y eficiencia de las organizaciones ligadas a una ideología concreta.

Pero el reto humano de erradicar el empobrecimiento de seres humanos o equilibrar la balanza de la justicia social no puede asociarse, exclusivamente, a la simplista visión de la política partidista. De progres o conservadores. De izquierdas o derechas. De buenos o malos. Se trata de un objetivo global, de todas y todos, de aquellos que se levantan cada día con la finalidad de transferir un legado a las nuevas generaciones que esté exento de personas que no saben lo que es una alimentación equilibrada, una vivienda digna, una educación básica, una salud accesible y universal, una atención real de la diversidad funcional, entre otras virtudes del denominado Estado del Bienestar. Quienes ya residen en la parte más alta (Autorealización) de la pirámide de Maslow y se niegan a mirar hacia abajo por un vértigo, impregnado de individualismo, insisten en explorar las mejores fórmulas de justificar comportamientos egoístas y utilizar así la coartada perfecta de los escándalos puntuales para ensombrecer la noble labor de ver el futuro del mundo proyectado en una pantalla de infinitas pulgadas.

Comentarios