Opinión

Buenas noticias, pero no suficientes

EL PRESIDENTE Rajoy dice estar de enhorabuena por las últimas cifras sobre el paro. Hay sesenta mil parados menos y ciento sesenta mil empleados más, lo que supone que en estos momentos el número total de parados es de 4.451.939.

Así que por una parte debemos de respirar con alivio al comprobar que se empieza a consolidar la creación de empleo pero tampoco es para pasarse de optimistas porque más de cuatro millones de parados son muchos parados, amén de que el empleo que se está creando es precario y mileurista.

No es que pretenda amargar la noticia de que el paro decrece, negar la evidencia es una estupidez, pero el panorama general después de la batalla continúa resultando desolador.

Hay muchos ciudadanos que han cumplido los cincuenta y que perdieron el empleo durante la crisis que seguramente no volverán a encontrar un puesto de trabajo. Son personas a las que han dejado sin presente pero lo peor es que les están negando el futuro.

Nuestro país aún tiene una cuenta pendiente con todos aquellos que han sobrepasado los cuarenta o los cincuenta, que tienen una sólida formación y experiencia laboral y que han perdido el empleo porque les resultaban «caros» a sus empleadores. Y es que muchas empresas optaron durante la crisis por ahorrarse el sueldo de los más veteranos y sustituir a estos por jóvenes a los que mal pagan, que tienen que trabajar más por menos y con muchos menos derechos y en absoluta precariedad.

Es un auténtico escándalo el desperdicio de todos estos trabajadores veteranos que aún tiene mucho que aportar y desde luego ir enseñando a los más jóvenes. En nuestro país se ha roto esa cadena necesaria que era la de combinar experiencia con juventud.

Sin olvidar a esos cientos y cientos de jóvenes que han emigrado porque aquí no había futuro para ellos, y solo los que rozan la excelencia, sobre todo los jóvenes investigadores, han encontrado un trabajo medianamente digno mientras que son legión los que malviven con empleos precarios y de baja calidad en otros países europeos.

Conseguir que todos esos jóvenes regresen porque en nuestro país comienza a haber empleo para ellos será la auténtica prueba del algodón.

Mariano Rajoy ha dicho que se siente satisfecho porque los nuevos datos sobre el paro confirman que se está creando empleo, y no es que yo pretenda amargarle la buena noticia pero convendrán conmigo que aún queda mucho camino por recorrer.

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