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Larga vida al sector lácteo

SOJA, TRIGO, maíz, avena, cebada, café, azúcar, cacao, aceite... ¿Y por qué no leche? Leche en polvo, concretamente, la que tradicionalmente sirve para regular precios retirando excedentes del mercado en media Europa. ¿Es tan descabellado pensar en un mercado de futuros para los derivados lácteos? Productos básicos como todos los mencionados tienen sus propios mercados organizados, a escala internacional, cuyas cotizaciones están marcadas por la transparencia, y los intercambios tienen base de operaciones en las bolsas de Chicago, Nueva York o Londres. En esos mercados de futuros, de productos básicos y commodities, las incertidumbres sobre los precios a un año, dos o tres, uno de los grandes males que aquejan a nuestro sector lácteo, quedan directamente eliminadas. En esos mercados, con sus imperfecciones, se regula y decide, por ejemplo, lo que un productor cafetero colombiano cobrará por su cosecha en varias campañas. ¿Por qué ellos sí y no un ganadero de A Terra Chá, O Deza o Santa Comba? Estas tres comarcas concentran el 75% de toda la producción láctea de Galicia, y son testigos de la total falta de claridad, ideas y voluntad por establecer una hoja de ruta clara por parte de nuestra clase política, sea a escala autonómica, nacional o comunitaria, ante la determinante desaparición del sistema de cuotas, consumada esta semana.

La barra libre del fin de las cuotas, un cambio que Galicia debe afrontar con criterio propio

Han sido treinta años de regulación, en los que España (y sobre todo Galicia) ha tenido que navegar con el viento en contra, obligada a importar leche porque su consumo siempre fue mucho más elevado que el límite de cuota asignada. A esa realidad se ha adaptado el sector, sobre todo los productores, y lo ha hecho con sufrimiento y con éxito. Concretamente, en esta tierra. ¿Cómo se explica entonces que desde 1995 desaparecieran más del 80% de las explotaciones censadas en Galicia, y a la vez la producción total aumentara casi un 20%? La reconversión, más allá de las oscilaciones de precios, vino del exterior, obligada, con el fórceps que impusieron las cuotas. Y Galicia, con desigual reparto de protagonismo entre los actores de la cadena, cumplió.

Pero ahora faltan ideas, sobre todo. ¿En qué quedamos? ¿El fin de las cuotas es una amenaza o una oportunidad? ¿Es un riesgo o una ocasión? ¿Se va a adaptar la realidad a lo que somos o podremos transformarla?

Pues todas estas preguntas encierran lo que se abre a partir de ahora: un mercado sin regulación, al menos en Europa, para el que la adaptación marcada a través del «paquete lácteo» parece a todas luces insuficiente y apresurada. Ese «aterrizaje suave» para el sector del que habla la ministra de Agricultura, García Tejerina, recuerda al que pronosticó con los mismos términos otra ministra, en este caso la socialista María Antonia Trujillo, titular de Vivienda, cuando abordó el fin de la burbuja inmobiliaria. Y así acabamos.

La diferencia es que aquí y ahora no hay burbuja, sino un océano de incógnitas para un sector determinante dentro de la agroalimentación en Galicia. Y, mientras tanto, ganan más protagonismo los primeros compradores, que conforman ya otra parte más de la cadena que todavía aleja más a los productores de las industrias. Y, hablando del sector transformador, en Galicia podrán deslocalizarse las industrias lácteas, pero nunca la producción. Y esa es una ventaja estructural con la que partimos ante este horizonte de liberalización. Parece de sentido común, pero a veces lo olvidamos.

El precio de la leche tiene una gran trascendencia, pero relativa, porque más importantes son los márgenes que quedan para el ganadero.

Como perdemos de vista también que tan importante como los precios son los costes. El precio de la leche tiene una gran trascendencia, pero relativa, porque más importantes son los márgenes que quedan para el ganadero. El problema, en este sentido, no es que la leche suba o baje de precio, sino lo que nos cuesta producirla. Hay otros modelos diferentes al sistema europeo. En Estados Unidos, por ejemplo, los ganaderos trabajan con una garantía de rentas, y su sistema está ligado fundamentalmente a los márgenes y los costes de alimentación.

Y, al abordar el futuro del sector sin cuotas, es imprescindible mantener una prespectiva global. Para ello hace falta no solo hablar de coordinación y reglas, sino de tamaño. La dimensión de grupos tan conocidos en Galicia como Lactalis, presente en 150 países, o Bongrain, en 120, lo dice todo. Quizá este escenario sin cuotas, y sin ideas, permita alumbrar proyectos, no solo el de un mercado medianamente organizado, para minimizar imposiciones en los precios, sino también el nacimiento de iniciativas, cooperativas o no, que sirvan para reforzar la dimensión de la industria. ¿Y si va a ser el fin de las cuotas lo que precipite la creación del gran grupo lácteo gallego?

Dos años sin respuestas al final de las cajas

ES el aniversario más triste en la historia reciente de nuestro sistema financiero, aunque seguro no será el último. De paso, la demostración empírica (una más) de que el Parlamento tiene las funciones y el margen que le otorga quien tiene la mayoría. Marzo concluyó como el segundo año en el limbo desde la creación de la comisión de investigación de las dos cajas gallegas, sin que haya resultado alguno ni nada que se le parezca. Unos flecos para la redacción de las conclusiones que se eternizan, en un intento nada disimulado por pasar página. Lejos quedan ya las comparecencias apresuradas de aquel mes de julio de 2013. Los Méndez y Gayoso de turno retratándose ante unos diputados y tomando el pelo a otros...

Lo cierto es que los acontecimientos han pasado por encima de la crisis de las cajas, con una entidad subastada, a la que se le inyectaron previamente más de 9.000 millones de euros, y que ahora navega estable con Juan Carlos Escotet y Banesco al timón. El problema de todo esto es que si negamos la validez de la comisión y su utilidad, también estamos obviando unas conclusiones de las que se pueden derivar consecuencias penales. Sería una piedra judicial más en el tortuoso camino que se avecina para los gestores de las antiguas cajas, con operaciones denunciadas ante la Fiscalía por parte del FROB, así como una vista oral inminente para los directivos de las indemnizaciones millonarias. Y si hablamos de herencias envenenadas, Abanca sufre todavía las consecuencias de inspecciones fiscales abiertas y que datan de los años previos a la fusión entre Caixa Galicia y Caixanova. Es otra guinda para una historia interminable.

JOSÉ MARÍA PAZ GODAY. Reganosa aprovecha las estrecheces del gas natural en la UE

ALGO se mueve en el sector del gas en la Unión Europea, con la sombra de la dependencia del suministro desde Rusia.Lo sabe bien Arias Cañete, el comisario europeo del ramo, y también José María Paz Goday, presidente de Reganosa. Con el apoyo de la Xunta, tercer accionista de la planta de Mugardos (controla un 17,5%) tras los Tojeiro y Gas Natural, los gestores de la regasificadora planean un ambicioso proyecto para ir más allá de meros almacenistas y pasar a cubrir un mercado emergente, el de los barcos propulsados a gas. Es lo que se denomina un «hub» logístico, un centro de abastecimiento para buques, con nuevos atraques y que llegará incluso a realizarse por mar, con un barco especializado en suministro para el corredor de Fisterra. La inversión conjunta, unos 150 millones de euros, que pasa también por un tercer tanque en la planta sobre la ría. Todo será realidad en 2020. Reganosa llegó para quedarse.

LUIS GARICANO. Otro más que se apunta a parar las obras del AVE

Es una de las cabezas mejor amuebladas del panorama económico de este país, pero ahora atiende al supuesto interés general. Eso dice. Y eso genera alguna disfunción, al menos en Galicia. Luis Garicano, profesor de Economía y Estrategia de la London School of Economics, elabora el programa económico de la revelación del panorama político nacional, Ciudadanos, de Albert Rivera, con un llamamiento a parar el programa del AVE y con la mirada puesta en Galicia. Y dale. Lo que en su día planteó UPyD, de Rosa Díaz. ¿Por qué no miran al proyecto de AVE en Extremadura, una comunidad con un millón escaso de habitantes? Si se tratara de eso... Ninguna línea de AVE en España es rentable, por falta de demanda. Lo dicen sus colegas de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). ¿Qué hacemos, Luis, lo paramos todo? ¿Pero todo, todo?

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