Opinión

Presidente del Senado

COMPETE a los senadores elegir al presidente del Senado, y a los miembros de la Mesa y los demás cargos de dirección parlamentaria. La decisión anunciada por el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del Partido Socialista al que pertenecen senadores electos en número que supone la mayoría absoluta de la cámara, anunciando que el presidente de la misma será don Miquel Iceta, que no es senador, pone de relieve una imagen muy negativa de las relaciones entre el gobierno y el parlamento, sobre todo cuando hay mayoría absoluta en alguno de los cuerpos colegisladores.

No consta, nadie se ha molestado en decirlo, que don Pedro Sánchez haya mantenido reunión alguna al respecto con el Grupo Socialista del Senado. Se parte por tanto de la convicción de que los senadores socialistas votarán sin pensar si quiera; o si lo hacen, sin revelar que lo han hecho, a quien diga el secretario general.

Recuerdo que en la Asamblea Nacional francesa, no hace mucho hubo una votación del grupo mayoritario de diputados de una mayoría gubernamental para decidir quién iba a presidir la cámara. Y perdió el candidato de la dirección del partido y por tanto del presidente de la República que pertenecía a la misma fuerza política.

No se trata de desairar al que manda. No es cuestión de desorden alguno. Es que el parlamento tiene las funciones que tiene, entre otras, también el Senado, la de control del Gobierno. Si la mayoría absoluta de un partido en una cámara supone sumisión a quien dirige el poder ejecutivo, la fotografía es que no llevará a cabo esa función.

Consecuencia, pues un ejemplo: solo esa concepción de las relaciones entre el poder ejecutivo y el poder legislativo ha hecho posible que desde la Constitución del 78 se haya legislado por decreto ley en los inadmisibles términos en que se ha hecho. Las mayorías del Congreso y la idea que han tenido quienes las han manejado, han conducido a usar y abusar del decreto ley, de manera que al convalidarse los que han sido dictados, en los que no concurría la exigible urgente necesidad, que ha sido en muchísimas ocasiones, el Congreso ha venido a ceder al Gobierno parte de sus potestad legislativa. Ha permitido al Ejecutivo ejercer sus funciones sin justificación y ha incumplido una exigencia esencial: la defensa de la función legislativa que le es propia, que no pertenece a ninguna fuerza política ni al Gobierno que apoye, ni al presidente, por mucha que sea la mayoría que tenga, sino al Congreso. Se trata de algo que no es solo estético, se trata de la calidad de la democracia y la independencia de las cámaras en lo esencial. Se trata de garantías democráticas. Y lo que comento revela huera y vacía de contenido la facultad de los senadores de elegir a su presidente.

No cuesta tanto guardar las formas. Quienes hablan tanto de diálogo, tienen que dialogar también con los suyos. Lo más probable, dada la forma en que se confeccionan las listas electorales es que ningún senador socialista pusiera objeción alguna a la candidatura a la presidencia del Senado formulada por el presidente del Gobierno, pero la elección les corresponde a ellos, y una vez electos, deben ser al menos escuchados respecto al candidato a presidir la cámara y debe visualizarse que ellos deciden quién es su candidato aunque sea sugerido.

Y lo que comento no será una excepción. En todo caso y ocasión se hará lo que con formas o sin ellas decida el presidente del ejecutivo, si es el jefe del partido y hay mayoría absoluta.

Tendrían que saber los jefes que para gobernar, y para hacerlo bien, no es necesario ese modo cesarista de ejercer el poder. Más bien lo contrario. En democracia se requiere asumir que nunca cabe la unidad de poder. No es que las indicaciones de quien dirige e impulsa la acción de gobierno y el partido no deban normalmente prevalecer. No. Es que la autoridad democrática ha de discurrir siempre por cauces y conductos que son los que deben ser. Y hay que distinguir siempre la auctoritas no ya del imperium sino de la potestas.

El equilibrio del Estado está en eso. En comportamientos como los comentados no parece que sea así. Pero debe serlo. Y de eso es de lo que va lo que he escrito.

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