Opinión

Abajo firmantes

La ministra Montero entiende esta tensión de los suyos con la jefatura del Estado como una obligada sensibilidad del Gobierno por un debate ciudadano

NO SÉ si es más preocupante cada uno de los asuntos que denuncian los escritos o vídeos con firmas múltiples, relevantes o menos, o el hecho de que se multipliquen estos pronunciamientos públicos. Algo así, pero bien dicho, creí entenderle a Fernando González Urbaneja. Santos Juliá nos dejó una historia de la España contemporánea escrita a través de los manifiestos de los abajo firmantes. Está en Galaxia Gutenberg. Además de curiosa, la lectura es instructiva.

No es depresión otoñal esta impresión. Pudiera suceder que el clima de la estación, que inevitablemente desemboca en el invierno, sea algo más que una realidad no solo de bajada de temperatura y borrascas. Los indicadores de la política o de la economía nada bueno pronostican para España. La adopción de medidas frente a la evidente propagación de los contagios está supeditado a la batalla política de Madrid en la que se implican y toman parte a lo bestia hasta los datos demoscópicos. Y la esperanza económica descansa en Bruselas. Al escuchar las sesiones de control parlamentario, como la de ayer: ¡que dios nos coja confesados! No hay base para un mínimo de esperanza. Uno confía en quienes pretenden dinamitar el sistema, el otro bloquea pactos y negociaciones y hasta niega el diálogo, los otros montan un número de moción de censura que en realidad es contra el PP y para ganar ellos posición, y los aplausos mediáticos y políticos a la señora Ayuso y al PP que gobierna en Madrid nos devuelven al No-Do. Los ecos de la confrontación de Madrid no construyen esperanza.

Nada bueno se avecina cuando hasta salen vídeos en apoyo del Rey o cuando los investigadores, asociaciones de especialidades y profesionales de la medicina le dicen a los políticos que mandan pero que de hacer frente a una pandemia no saben. De la auditoría sobre la gestión que demandaban un grupo de investigadores nunca nada se supo. En Francia, Macron encargó la auditoría de la gestión hecha, y adelantaron ya datos el martes.

¿Cómo entender que dos periodistas, dos asesores de estrategia política y comunicación, fueran las cabezas dirigentes de los equipos negociadores entre el Gobierno y Comunidad de Madrid para colaborar frente a la extensión de los contagios

Además de no saber de pandemias y medicina, tampoco está probado que sepan gobernar ni ejercer de oposición. Si entendemos priorizar y hacerlo en interés de la ciudadanía. La ministra Montero, la de la Igualdad, sigue con la matraca republicana. Cuestión de la máxima urgencia frente a la pandemia y las peores previsiones para la economía y el paro en España.

La ministra Montero entiende esta tensión de los suyos con la jefatura del Estado como una obligada sensibilidad del gobierno por un debate ciudadano. Es lo que tiene el coche oficial, aleja de la realidad. Colocar la república en la agenda política de ahora mismo es para la ministra muestra de la sensibilidad del Gobierno con la ciudadanía.

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