Opinión

Del fracaso al éxito

Isabel Natividad Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ejerce la oposición frontal a Sánchez e Iglesias con un discurso radical. Se alimenta en la polarización, formula y adopta medidas que los demás desacreditan pero que se acaban por imponer. Y se proyecta descaradamente como lideresa de una derecha que se afirma en la radicalidad sin complejos y sin sentido de la medida. El discurso en la celebración del día de la Constitución es una muestra de que sus estrategas ignoran los límites del espíritu de la Transición al que curiosamente apelan como únicos valedores. Los sobrepasan de forma irresponsable para un país que pretenda continuar asentando su convivencia en la observancia de la norma y en la primacía del respeto y la tolerancia. El discurso de Ayuso llegó, no se olvide, en un contexto de ruido de sables frente al Gobierno. Se puede, e incluso hasta existan sobrados motivos para estar en contra del Gobierno, pero en el ejercicio de la oposición democrática alternativa no cabe, ni directamente ni por insinuación, el discurso que niega la legitimidad de un gobierno legalmente constituido, por muy socialcomunista que sea. Esa vía es una trampa golpista y un desprecio a la norma de las democracias liberales. Exactamente igual que cuando desde el populismo izquierdoso se niega legitimidad para gobernar a la derecha. 

Esa posición que representa Ayuso, como por la izquierda radical Podemos y algún sector sanchista del PSOE , sin duda cosecha simpatías y votos en un electorado al que por la derecha y por la izquierda radicalizan cada día. Al tiempo, generan preocupación en quienes creen que la resurrección de las dos Españas es una auténtica y peligrosa irresponsabilidad. Desde luego es el camino inverso a hacer memoria histórica. Si es que se trataba y trata de memoria y no de reabrir los escenarios que llevaron a la tragedia y a la involución del país en todos los órdenes. ¿Qué se puede interpretar después de escuchar desde Venezuela a Rodríguez Zapatero? 

Isabel Natividad Díaz Ayuso es el nuevo gran valor de la derecha que cocinan en Madrid

La gestora madrileña cuestionada y hasta fracasada en momentos duros de lucha frente a la pandemia, con un Madrid desbordado y como referente de lo que no debería suceder, se ha reinventado y aparece transformado en alternativa a Casado y a Sánchez. Isabel Ayuso es el nuevo gran valor de la derecha que cocinan en Madrid. Es competencia externa para el gobierno socialcomunista y competencia interna para Pablo Casado y cualquier otro aspirante. Díaz Ayuso es una construcción de la comunicación política que se alimenta y se nutre de la polarización extremista de los populismos a izquierda y derecha que marcan la política española. 

Buscar el salto desde la política municipal o autonómica madrileña al liderazgo de la española es una estrategia repetida y fallida. Siempre por la vía que confunde o identifica España con los núcleos duros de la derecha madrileña. Esperanza Aguirre (2003-2012) lo pretendió frente a Rajoy pero tenía el suelo y el tejado plagado de corruptos como en ninguna parte de España. Ignacio González, Francisco Granados o Miguel Blesa y Caja Madrid, entre otros, pertenecen al haber de esa derecha que proyecta ahora Isabel Natividad Díaz Ayuso.

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