Opinión

Regresa un debate

CUÁNDO reaparece el debate sobre la energía nuclear? La pregunta parece lógica en el contexto actual. Sorprendía que no estuviese presente ya. ¿Es definitivo el apagón que decretó Angela Merkel en Alemania tras la catástrofe de la central de Fukushima por un terremoto submarino y el tsunami que le siguió?

La subida imparable del precio de la luz para las economías domésticas y el impacto en toda la cadena de la actividad económica hacen que, con los datos de inflación y los problemas con los suministros, algunos analistas y divulgadores económicos vuelvan la vista sobre la crisis del petróleo de 1973 y su larga cola de problemas prolongados en el tiempo. Cuando menos, aconsejan prudencia a la hora de celebrar la recuperación en marcha. Aquella crisis de los setenta España la sufrió especialmente y en una situación política compleja. 

En este escenario actual y con el gas natural en el centro, la pregunta  es si vuelve el debate público y político sobre energía nuclear como alternativa. Empieza. No debe ser fuerte todavía porque no aparecen las reacciones en contra.

No sé si llega por un movimiento de los intereses del lobby nuclear o, sin ver manos ocultas necesariamente, por presentar una vía de salida a un grave problema de la economía. Incluso en los razonamientos que regresan para reabrir el debate aparece como salida para la transición energética. Llegan a pintar de verde la energía nuclear.

Desde la economía y la ciencia deberían contestarnos si se hicieron los deberes previos antes de tomar decisiones políticas para la transición energética. Parece que traen consecuencias no anunciadas. ¿Previstas?

Desde la política, salvo la iniciativa frente al apagón nuclear que anunciaban la pasada semana varios países europeos, con Francia a la cabeza, no suena nada . Será sin duda el temor a la reacción que pueda producir. Si el lobby que defiende la energía nuclear es poderoso no es menor la capacidad de oposición y movilización antinuclear que hubo en algunos países, Alemania por ejemplo —aquella omnipresente pegatina y cartelería amarilla y negra, Nein Danke— hizo y hace que los políticos se lo piensen antes de pronunciarse. En aquel conflicto sociopolítico tomaron fuerza los ‘verdes’ como opción alternativa. Partes del discurso verde lo van incorporando casi todos, hasta las grandes corporaciones. En la venta al consumo es ya una herramienta de marketing. 

Las centrales nuclearas fueron tanto una línea de separación ideológica como de fallos de tecnología y seguridad que silenciaron la defensa  y la opción de esa fuente de energía. Chernobil y Fukushima están en la memoria y en el temor de todos.

¿Hicieron bien España, Alemania y otros países europeos en decretar la moratoria y el posterior apagón de la energía nuclear? Con este interrogante abría un editorial de La Vanguardia el pasado día 10. La tesis, tanto como "La energía nuclear resucita", que lleva el titular, es que se necesita como "la mejor alternativa al gas natural y para dar estabilidad a las energías renovables". Una reciente tribuna en Le Monde apuntaba al regreso al debate y al cambio de posición en el Gobierno francés. The Economist a principios de marzo se adelantaba ya. Sostenía que “la energía nuclear debe estar bien regulada, no descartada”. La reacción a la catástrofe de Fukushima fue, para este semanario liberal, "aunque comprensible, incorrecta".

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