Opinión

Un estudioso

Siempre que ahora me acerco a Santiago busco la charla con el académico Pegerto Saavedra para que me dé claves del acontecer del país

La crónica periodística en una situación extraordinaria es la que cuenta la vida cotidiana. Lo que hizo Gaziel con el París al que alcanza el estallido de la primera Gran Guerra. La vida ciudadana a la que prestó atención Augusto Assía desde Londres bajo los bombardeos de la aviación alemana. El catedrático Pegerto Saavedra, desde la investigación minuciosa, estudió la vida cotidiana del mundo rural gallego. Deduzco que por este enfoque, Ramón Villares dice de su colega que es un pionero. De Pegerto Saavedra es La vida cotidiana en la Galicia del Antiguo Régimen o El siglo de las luces. Cultura y vida cotidiana. El relato histórico así nos atrae a los profanos para acercarnos al pasado, a la historia. Ciertamente es la vía, la tentativa para una historia global. El transcurrir de la vida y una sociedad, la sonoridad y el lamento, no son nombres, fechas, victorias y derrotas.

Al profesor Pegerto Saavedra lo veo con frecuencia cuando voy por Santiago. Coincidimos en la preferencia por algunos espacios o lo cruzo a cualquier hora, en tiempo lectivo o no, con su cartera profesoral en las rúas. El primer encuentro lo tuvimos en las instalaciones navales, es un decir, de Arturo Soria en Madrid. Él cumplía en marinería y un servidor intentaba acelerar aquel año y medio en Infantería de marina. Caetano Díaz, ya hacíamos ejercicio de periodismo juntos, fue el presentador. Servía también como marinero, como Pegerto. Caetano encajaba, es de Corrubedo. El profesor y un servidor, de tierra adentro.

Siempre que ahora me acerco a Santiago busco la charla con el académico Pegerto Saavedra para que me dé claves del acontecer del país. El historiador tiene la visión de la distancia y el conocimiento. Dispone de herramientas y claves frente a la urgencia de la inmediatez y el titular del periodista. Pegerto es de Ferreira de Arriba, en A Fonsagrada, premio extraordinario de licenciatura y de doctorado. Un auténtico sabio, alejado de todas las vanidades. Con estas credenciales es docto observador. A la hora de la conversación se impone en él la humildad, que creo le define, la discreción y la lealtad a sus amigos. Los diálogos que mantenemos son con frecuencia un ir y venir y dar vueltas para intentar, casi siempre sin éxito por mi parte, que se suelte. Aunque no me cuente nada marcho con la frescura de haber activado el cerebro y el oído. Pegerto tiene un tono bajo. Es un gran lector de periódicos, crítico claro.

Con un dibujo de Sobrado en la portada, obra de José Manuel Yáñez, publica ahora La opulencia de los hijos de san Bernardo. El Císter en Galicia. Un territorio excepcional por la presencia de los monasterios de esta orden. Es un trabajo investigador de muchos años. Para los profanos nos queda reparar en el curioso e indicativo término de opulencia que figura en el título. El patrimonio y las rentas, el señorío y el sistema foral que estudia con detalle, lo explican.

Por Sobrado, dice el profesor, me podría interesar. Sobre todo por "las carnes, pescados y otras exquisiteces en el caso de Sobrado". 

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