"LA PRIMERA vez que leí el título del libro ‘Ser viejo no es estar muerto’ me sentí identificada porque concuerda con lo que creo personalmente y también con mi visión profesional como directora de los centros Saraiva, donde vivimos e interactuamos día a día con personas mayores que nos enseñan justamente eso", asegura Lucía Saborido, directora de Saraiva.
Saborido destaca el aprendizaje que supone acompañar a otras personas en sus procesos vitales, especialmente en la última fase de la vida, la vejez. "El hecho de que sea la última -señala- no quiere decir que no esté llena de vida. Por eso me sentí tan identificada con el libro de Francisco Mora, ya que ahonda en cómo la capacidad de tener emociones positivas nos permite seguir sintiéndonos vivos".
"En Saraiva —apunta—, más allá de cuidar a las personas, hablamos de acompañarlas, lo que implica conocerlas y entenderlas en ese proceso natural que es hacerse mayores. Por eso llevamos a cabo el proceso de revisión de vida, que nos da la posibilidad de volver a encajar el puzzle, de agradecer todo lo que nos ha dado la vida e incluso perdonar lo que no nos está permitiendo avanzar emocionalmente. Se trata de revisar la vida desde un punto de vista positivo que nos permita dar respuesta a estas preguntas: ¿Lo que he vivido ha merecido la pena? ¿Si pudiera volver a vivir volvería a hacerlo así? Toda esa revisión autobiográfica aporta todo el sentido al presente y permite conjugar nuestro pasado y nuestro presente con nuestro futuro".
