Opinión

El hambre del mito

A SUS 36 años y nueve títulos mundiales después, la grandeza de Valentino Rossi se mide con actuaciones como la del domingo en Silverstone. Rossi podría ser el padre de Marc Márquez, o quizá su tío, y sin embargo iguala en valentía, arrojo, ganas y competitividad al bicampeón mundial de Moto GP. No solo lo iguala. A veces, como ocurrió en la jornada dominical, como durante casi toda la temporada, lo supera. Y eso, en un hombre de 36 años, es mucho. Y eso, precisamente eso, es lo que hace de Rossi un piloto inigualable. Habrá que ver si a los 36 años los actuales dominadores del campeonato, los Márquez, Lorenzo o Pedrosa, mantienen el hambre por competir o -lo cual es comprensible- se han acomodado y han decidido abandonar los múltiples peligros de las carreras. Habrá que ver si incluso a los 30 años consiguen firmar una temporada como la que lleva el incombustible genio de Urbino: doce podios, líder del Mundial a los 36 años y favorito a un título que no huele desde el año 2009 a falta de seis carreras. Lo dicho, un mito.

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