Opinión

En la carretera

HAY VECES que la realidad nos coge por sorpresa. Y no lo digo por acontecimientos inesperados sino por cosas que suceden con frecuencia y que no entendemos cómo suceden. Por ejemplo, hay gente que sigue conduciendo sin cinturón (está claro que en un coche antiguo, porque los modernos te taladran el oído si no lo enganchas) y bajo los efectos del alcohol y las drogas.

Está claro que ponerse el cinturón salva vidas y que ir borracho o drogado al volante aumenta el riesgo de accidente. Y sin embargo se sigue haciendo. Un hombre tiene que beber, como mínimo según un estudio reciente, tres cervezas y dos copas para dar positivo y una mujer dos copas de vino. ¿De verdad es necesario seguir bebiendo si vas a coger el coche?

Y luego están las otras drogas, que impiden que tengamos una noción real de las cosas y aún así, la gente se sigue subiendo al coche drogada. Además, los expertos aseguran que incluso con resaca tenemos las facultades de conducir mermadas, por lo que no se recomienda conducir hasta encontrarse bien del todo. Pero nada, se sigue erre que erre. Parecía superado, pero no. Igual la solución definitiva son los coches sin conductor.

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