Opinión

Adoctrinando

EN LA mollera de la mayoría de los políticos, por no decir todos, subyace el ansia de control y adoctrinamiento de los medios de comunicación, sorteando el precepto de la libertad de expresión. Unos no se atreven, otros amenazan y los menos, por el momento, tratan de imponerlo. Es el caso de la alcaldesa de Madrid osando la guía de recursos para periodistas, aleccionando sobre cómo abordar la prostitución y la trata de seres humanos, como si los informadores careciesen de criterio y capacidad para hacerlo por su cuenta y con responsabilidad. "Se trata —dice— de realizar un ejercicio responsable de la función periodística, investigando y entrando a fondo en los hechos". Es mucho suponer, pero aun si hubiese buena voluntad, cruje la impertinencia manipuladora. Es entrometerse donde no la llaman; de mayor calado que las infantiloides y habituales ocurrencias de la señora Carmena. Huele a ensayo de futuras incursiones en la libertad de información, las que ya aireó, copiando a Maduro, el partido que la sustenta en el cargo o al que pertenece. Son mohosos y rancios experimentos con los que no está permitido jugar. Por si acaso.

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