Opinión

Alcaldes

NADIE da un palo al agua por amor al arte. Ni los alcaldes. Sin embargo, de acuerdo con la lista salarial de los primeros ediles que publicó este periódico, en la provincia hay siete sin sueldo. Más que probable que nadie se lo agradezca; somos así de mezquinos. Pero tanto como su altruismo llama la atención las desorbitadas soldadas de alguno de los restantes, comparándolo siempre con la lacra mileurista que padece un elevado porcentaje de la población laboral. Son cosas diferentes, pero relacionarlo resulta inevitable. Peor todavía si lo vinculamos con lo que perciben los de Madrid, Barcelona u otras grandes ciudades, pero sin salirnos del entorno nuestro, es fácil apreciar como los regidores de municipios con un censo muy bajo de habitantes, y por consiguiente con una recaudación impositiva exigua, perciben asignaciones tan elevadas como otros de población más nutrida, lo cual sin duda engrosará el déficit de servicios u obras que no podrán ejecutarse por falta de medios, ya que lo presupuestado para el ejercicio lo absorberán los honorarios del alcalde, concejales y funcionarios. No se pide que nadie trabaje gratis, pero debería de establecerse un techo de gastos marcado por las disponibilidades reales de cada cual.

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