Opinión

Alonso

NO ESTÁ resuelto si fue antes el huevo o la gallina, y puede que nunca lo esté. Como tampoco se disipó aún la duda de si en las aureolas de Fórmula Uno es más determinante un buen piloto o un buen coche. Se lo preguntaron a un experto en automovilismo y no concretó la respuesta. Dicen que Fernando Alonso, con independencia de ausentarse para satisfacer otras metas profesionales, se retira temporalmente de la categoría reina ante la inseguridad de poder disponer de un vehículo que satisfaga su ambición. Tras aquel fulgurante lapso de doble campeón del mundo en 2005 y 2006, con ramalazos de arrogancia, la trayectoria del piloto asturiano, con no ser mala, 32 victorias en 17 temporadas, fue desigual, tirando a renqueante, con síntomas de impotencia. El piloto, como la persona, siempre fue, en teoría el mismo, aun admitiendo altibajos impuestos por la condición humana, y los coches no, lo cual hace pensar que lo último pudo ser resulta dominante para no relumbrar como al principio. Donde se maneja tanto dinero, donde se barajan tantos intereses ajenos al circuito en sí, ocurren estas cosas. Y otras que no se saben.

Comentarios