Opinión

Amor de mascota

SABIENDO DE la invariable lealtad del perro hacia el hombre, no se trata de ningún hecho excepcional, pero no por ello deja de ser conmovedor. Circula por la red un vídeo, casi tres millones y medio de veces reproducido, en el que se ve, con síntomas de agotamiento, a un perrito corriendo detrás de la ambulancia que traslada a su amo al hospital. El médico que acompaña al enfermo se percata del seguimiento, manda parar el vehículo y le hace subir. Fue la mejor la manera de agradecerle su fidelidad, refrendada al apostarse junto a su lecho del dolor. Son habituales, ya digo, gestos de devoción similares, y sin embargo no siempre son correspondidos. De no ser así no habría miles de perros abandonados y maltratados. Menos mal que otras muchas personas no les regatean el cariño que sin duda se merecen. Los lectores de este periódico habrán reparado que en una esquela, de hace algunos días, figurase entre los deudos de una mujer fallecida su mascota, detalle que sin duda evidencia cuál era el grado de avenencia y estima que había entre ambos. Seguro que el perrito sufre tanto o más la ausencia de su dueña y protectora que los allegados de la finada.

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