Opinión

¿Censurar qué?

EL INESPERADO vuelco en el gobierno de la Diputación lucense está sujeto a las interpretaciones que se quiera; siempre habrá división de opiniones, interesadas o no.

Para unos es una traición, para otros un gesto de dignidad de Manolo Martínez, enmarcado dentro de los más escrupulosos principios democráticos. Por eso llama la atención la reacción del BNG proponiendo una moción de censura, sin nada que censurar por falta de recorrido en la gestión de la nueva presidenta.

¿Hizo algo malo que lo merezca? ¿O se trata de salvar los desatinos socialistas y a la vez forzar la posibilidad de meter baza en el gobierno de una institución que detestan y en la que no creen? Si el motivo es ese no cabe otra cosa que reprobar la táctica, por antidemocrática. Bien es verdad que estamos acostumbrados a ver incluso cosas peores en el rocambolesco mundo de la política, pero ni así se justifica la pretensión de apropiarse del pastel a cualquier precio.

Otra pregunta es si los socialistas están en disposición de participar en la maniobra. De ser así, su dignidad quedaría comprometida a cambio del todo vale.

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