Opinión

Democracia del navajeo

FELICES FIESTAS. Paz y bien. Pero si prefiere no turbar su sosiego en fechas tan señaladas, no se exponga a husmear más de lo debido en el seno de los partidos políticos. En todos o casi todos, nada de paz, poco de bien. Lo que todos ellos denominan democracia interna, en busca, dicen, de un debate que esclarezca sus borrosos principios, solo son trifulcas con navaja en ristre para reglamentar las cuotas de poder. Podemitas, ciudadanos, socialistas…, grupúsculos periféricos muy descontentos consigo mismos y con todo lo que les rodea, o están en el fragor de la batalla o en pie de guerra para que los cañonazos  no les pillen desprevenidos, intentando no perder posiciones.

Podría resultar incluso divertido viéndolo desde la barrera, pero lo más probable es que acabe pillándonos el toro en el burladero, espoleado por el estruendo de toda la tropa, desentendida de todo lo que debiera de tenerla ocupada: trabajar. Malgastan el tiempo en sortear chuzos, mirarse el ombligo, de estrangular al rival. El pretendido servicio a la sociedad que les soporta puede esperar. Aunque visto lo visto, mejor será que no toquen nada.

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