No es que cenar un yogur sea la principal causa de muerte de los españoles, como señala El Mundo Today, periódico satírico, ficticio y humorístico, pero una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington.
El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo. Y las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes.
Todo puede ser cierto, a pesar de los vaivenes dietéticos, en los que un día es mortífero un determinado producto y al siguiente, pócima milagrera para la salud. ¿Qué dirán algunos nonagenarios/ centenarios de nuestras aldeas que en su larga vida se alimentaron fundamentalmente de tocino y demás derivados del cerdo, por ejemplo? Pues eso, que no mata todo lo que engorda.
