Opinión

Efecto dominó

COMO EL comer y el rascar, todo es empezar. Sean chanchullos indecentes o gatuperios varios, siempre hay el efecto dominó, una variante del tan socorrido y tú más. La investigación sobre Casado, de ambiguo recorrido procesal, sirve, eso sí, para que florezcan otras farsas académicas, hasta ahora agazapadas en la indiferencia, pero que sirven para relanzar el acoso partidista entre unos y otros, en vez de preocuparse todos ellos por las cosas de comer.

El balance es de veinte cargos del PSOE y Podemos que también mintieron en su currículum con historiales inexistentes, como es el caso, dicen, de Patxi López, ingeniero ficticio que no pasó de primero de carrera.

También aparecen Monedero y el mismo presidente del Gobierno, cuyo máster del IESE no es más que un curso en Liderazgo Público de 80 horas de charlas, cafés y cuchipandas. El primero en inaugurar el ránking fue Luis Roldán, que de ingeniero y poseedor de una licenciatura y un máster, se quedó en certificado de estudios primarios. Para eso también hay que valer, pero tanta jeró no autoriza a mentir. Ni a él ni a los demás. Y si ahora se investiga a uno, ¿por qué no a todos? Digo.

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