Opinión

El caos no cesa

CIERTO es que los gobernantes nada pueden hacer por manipular el tiempo meteorológico a su antojo, a Dios gracias, pero sí deberían hacer mucho más de lo que hacen por aliviar sus consecuencias. Por ejemplo, siempre les pilla en pañales cuando nieva, como sucedió estos días en Levante: miles de personas quedaron atrapadas en autovías, carreteras secundarias e incluso dentro del Ave, sin que en la mayoría de los casos recibiesen la ayuda requerida, la necesaria en estos casos, salvando casos extremos. Pero el caos y las imprevisiones gozan de mayor arraigo que las tareas de socorro, caracterizadas por el consabido ‘arréglatelas como puedas’. Podría explicarse de coincidir en zonas apartadas, de difícil acceso, pero un servidor, por ejemplo, aguantó hace tres o cuatro años, más de cuatro horas ‘tirado’ en Torrelodones, a treinta kilómetros de la Puerta del Sol, en plena A-6. Más que disculpas, faltan capacidad organizativa, información precisa y quitanieves, en un parque devaluado de maquinaria pública. La carencia no afecta sin embargo a la flota de coches oficiales, siempre en disposición de ser utilizados, incluso por quienes no lo necesitan.

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