Opinión

Fuera de lugar

NADA MEJOR para detectar la ralea y la capacidad de gestión de un político, sea del pelaje que sea, o de cualquier activista promiscuo, que cuando utiliza el 'todo sirve' para sacar tajada, evidenciando que carece de otros argumentos que le respalden. Verdad es que toda gestión personal, de cualquier índole, además de laudatoria, puede ser, y de hecho lo es, censurable, pero tiene que haber premisas sólidas o, si no es así, se vuelven en contra. Amancio Ortega, con ser la cuarta persona más rica del mundo, tampoco está blindado, y es difícil argüir que su gestión social o laboral no pueda ser mejorable, pero los reproches a su fundación por haber donado 320 millones de euros (más de 53.000 millones de pesetas) a la sanidad pública para la lucha contra el cáncer, está fuera de lugar. Hay que entender que es un gesto voluntario, añadido a otros anteriores, porque desde que comenzó el nuevo milenio aportó unos quinientos millones en ayudas sociales. En cualquier caso habría que fustigar a otros mecenas que pudiendo seguir su ejemplo no lo hacen. Sería ideal que el altruismo no fuese necesario, pero ser caritativo también es una opción muy personal.

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