Opinión

Gana la cordura

CORDURA al fin. Salvo que la justicia ordinaria lo enmiende, tanto el Deportivo como el Numancia son ya equipos de Segunda B, según certificó la jurisdicción deportiva, en base, como era previsible, a que ambos no consiguieron puntuación para seguir en Segunda. No es bueno para el fútbol gallego el desplome coruñés, pero sería inusual que su penosa trayectoria competitiva se soslayase en los despachos, a cambio de triturar al Fuenlabrada y ocupar su plaza, muy difícil de entender, o ampliando el grupo a veinticuatro conjuntos y colarse, junto con los sorianos, en perjuicio de todos los demás, por alargarse la competición y reducir las cuotas de ingresos por televisión. Apelar ahora a los jueces ordinarios para que paralicen cautelarme el inicio de la Liga parece una quimera, pero como la Justicia se mueve entre recovecos, cualquier cosa. Eso sí, un fallo favorable, el querer reparar un supuesto daño menor obviando el estrago generalizado, sería escandaloso y sospechoso. Si los deportivistas hubiesen estado a la altura, compitiendo, se hubiesen ahorrado tan ruidoso e infructuoso alboroto. Todas estas cosas suelen suceder en fútbol, y por muy fulgente que sea un historial, tampoco el Dépor goza del blindaje que le diferencie de los demás, aunque le cueste entenderlo.

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