Opinión

Haciendo caja

Después de algunos amagos orientados a la renuncia de suprimir el margen de veinte kilómetros por hora por encima de lo señalado para adelantar en las carreteras convencionales, forzados por las protestas desde varios frentes, por fin el 21 de este mes entra en vigor la prohibición, aprobada por el Gobierno y que refrendó el Congreso. No es que todo cuanto se haga para frenar la tendencia a los excesos de velocidad, el ansia de correr, esté reñido con la sensatez, pero en este caso no se tuvieron en cuenta algunas reflexiones, meditadas, y el remedio puede ser peor que la enfermedad, por razones de seguridad. Todos sabemos que en los adelantamientos es primordial realizar la maniobra sin titubeos, con rapidez, y por eso se adicionaba un margen de veinte kilómetros por encima de lo autorizado, y al suprimirse ahora, el peligro de colisión con los coches que circulan en sentido contrario aumenta, también para los que se están rebasando. Por eso, la sospecha, fundada, apunta a que más que por razones de seguridad, prevalece el enfermizo y desmedido afán de recaudar, porque las multas se dispararán; como si el hacer caja conjurase el peligro que acecha a los usuarios, ajenos muchas veces al carácter preceptivo de la norma y a todos los riesgos y peligros de la carretera.

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