Opinión

Hemerotecas

C OMO la prueba del algodón, las hemerotecas no engañan. Sí que comprometen la coherencia, la decencia y la moralidad de algunos políticos, destapando su cinismo y su desfachatez, como si lo dicho antes de alcanzar la breva se borrase de repente de su ideario (es un decir) para refocilarse en la poltrona. Repasar las videotecas, además de espolear el cabreo, es un ejercicio que podría calificarse de divertido de no ser por lo que representa para la dignidad democrática y el pudor de convivencia. Por ejemplo, los vÍdeos que almacenan las monsergas remotas de Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, son todo un referente de cinismo, mentira e incongruencia, como cuando al presidente le quitaba el sueño el cabecilla de Podemos y ahora duerme como un lirón. No son menos ofensivas las del segundo, todavía distanciado del Gobierno y alejado del casoplón. Venía a decir Iglesias que era vergonzoso que un eurodiputado percibiese 6.500 euros, viendo lo que cobra la mayoría de los trabajadores. Es más: «Me niego a aceptar que yo pudiera percibir 8.000 mil euros como político y muchos españoles, menos de mil. Sería casta». Ya lo es. Alguien se preocupó de sumar lo que se embolsan él y su pareja: 257.000 euros. O lo que es lo mismo: más de 21.000 al mes. ¡Qué cara!

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