Opinión

Idioteces de género

LA REAL Academia de la Lengua insiste sobre el mal uso. Quizá haya sido Carmen Romero, puede que de forma maquinal, quien incendió la mecha de las idioteces de género cuando dijo lo de «jóvenes y jóvenas». Desde entonces se multiplicaron los lenguaraces (políticos, activistas, sindicalistas…) en defensa de una pretendida, absurda e impropia igualdad sexista: ciudadanos/ciudadanas, lugueses/luguesas, trabajadores/trabajadoras, todos/todas…, y quienes los reprendan son calificados de carcas o fachas. Será porque no saben más. Modismo que el escritor y académico de la RAE Javier Marías califica en un fundamentado artículo de «pedantería inculta, llana horterada o cursilería espontánea». Y afirma: «Si un político emplea la ya gastada fórmula ‘ciudadanos, ciudadanas’ sé que es un farsante, un demagogo y un ignorante de la gramática. Si escribe ‘amig@s’ o ‘camarad@s’, lo tengo además por idiota». Pero les da igual que los tilden de indoctos; la verborrea que repiten como loros enjaulados está por encima de cualquier aberración intelectual. Lo suyo es aparentar una capa de barniz progresista sobre un soporte extemporáneo.

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