Opinión

Insectos, ¡qué ricos!

Donde esté un buen chuletón, deberían no apetecer los insectos como menú alternativo. Una reflexión que necesita explicarse, sin ningún ánimo de ser excluyente para el disfrute de la buena mesa. Habrán leído en este periódico que una ganadería emergente en Galicia se dedica a la cría de insectos, no solo para consumo animal, sino también pensando en satisfacer apetitos humanos. Parece que son explotaciones con futuro, tan cambiantes son los gustos culinarios de las personas, y de hecho ya funciona desde hace tres años la primera granja de insectos instalada en Galicia, ubicada en Ponteareas. En principio, la producción se orienta hacia la ganadería y acuicultura, y la variante de los segmentos de animales de compañía y exóticos, pero sus promotores están convencidos que, a no tardar, los insectos se colarán en la dieta de las personas, como bocado exquisito. Y probablemente caro. Ver para creer. Pero tampoco nos sorprendamos, todo es cuestión de amoldarse. Hubo época en que los percebes eran exclusivo alimento de cerdos, hasta que alguien descubrió su lado goloso. Lo mismo puede decirse, por ejemplo, de los caracoles, grillos o larvas del escarabajo, autorizados por la CE para consumo humano. Hay que comer de todo, pero insectos, apetece menos. 

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