Opinión

Más allá de Puigdemont

SI POR taponar una fuga, la mayor, se desatienden reboses menores en el aljibe, la inundación está asegurada, que es lo que puede pasar (pasará) si toda la atención del Gobierno sigue centrada en Cataluña, postergando necesidades del resto del Estado, la España que también paga impuestos, sometida al imperio de la ley, la que incumplen precisamente quienes afanarán la pasta gansa para reparar desatinos. Se critica al Ejecutivo por haber congelado, desde junio, casi todos sus proyectos para atender la deriva secesionista, lo que unido a la desigualdad que marca la financiación autonómica, con el dichoso Cupo vasco, puede acabar en un estallido de las regiones desfavorecidas, que son todo el resto del mapa comunitario. Como si ya no fuese suficiente castigo el soportar las bufonadas y chocarrerías del show catalán, cuyo desmadre medrará en campaña electoral. El galimatías independentista más que atención requiere mayor firmeza resolutiva, nunca desatención de los problemas del país, que está hasta el moño de soportar afrentas de quienes con sus jueguecitos frustran el estado de bienestar que tanto costó conseguir. Hay vida más allá de Puigdemont.

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