Opinión

Más tajada

QUIENES lo observamos desde el burladero, estamos hasta el moño de cómo se urden y arbitran los indultos a golpistas catalanes. La actitud unilateral de sus promotores, por razones de supervivencia política, negando réplica y debate a los que los rechazan, sin conferir la opción real de un planteamiento sensato y fundado (sopesando contras y pros, si los hubiese), irrita al espectador ecuánime, aborregado por el argumento arbitrario que se despliega para justificarlos, fuera de la realidad.

La matraca de la concordia a la que apela Sánchez, con el impúdico y cínico pretexto de favorecer el entendimiento con soberanistas, cuando los aludidos y beneficiados ni la comparten ni la aceptan en ese dirección, recordándole que volverán a hacer lo que les llevó al trullo, es una torpeza y un desatino sin precedentes. Porque el presidente nunca argüiría la conciliación que predica si no necesitase de los transgresores para su insaciable ego. Que no le descabalguen del machito.

En campaña electoral era contrario a cualquier indulto; se lo dejaba a los tribunales; ahora lo comercia como solución de Estado, que tampoco está en la hoja de ruta de sus insaciables cofrades, los que sí saben muy bien que concordia equivale a chantaje, humillación, más concesiones, más tajada…

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