Opinión

Mejor prevenir

ES MUY Loable la preocupación y el esfuerzo por combatir los incendios forestales, partiendo de la triste e inevitable realidad que se repite cada año con consecuencias imprevisibles, siempre fatales. Se da por hecho, nunca falla. Por lo tanto, erradicar la lacra, por doloroso que sea admitirlo, solo forma parte de la demagogia política. Poco importa el color del gobierno de turno; ni imprudentes, descuideros o pirómanos están en ello cuando provocan o estimulan el fuego. Ahora bien, al articularse el caudal de medios materiales y humanos tendentes a la extinción en el menor tiempo posible, lo cual, ya digo, está muy bien, se echa de menos una mayor dedicación a la prevención de siniestros, a cómo evitarlos. Una entrega más decidida para su remedio. Si parte de los recursos consignados a apagarlos se destinasen a prevenir las devastaciones, nos ahorraríamos lamentos que nada resuelven cuando el daño está hecho. Hay muchas formas de prevenir, desde una mayor presencia de brigadas preventivas a desbroces de maleza que solo abastece el fuego y no se realizan, pasando por una vigilancia intensiva. Falta voluntad.

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