SI COMO dicen, rectificar es de sabios, hacerlo todos los días, lo es de insensatos. Día tras día es lo que hizo el Gobierno en los cien primeros, enloquecido por la indecisión y el autobombo. Ministras corrigiendo al presidente, presidente desautorizando a ministros, todos contra todos con planteamientos de parvulario.
El atolondrado gesto pacifista de la titular de Defensa, con sello de Pablo Iglesias, estuvo a punto de arruinar la construcción en Navantia de cinco corbetas para Arabia Saudí, por el quítame esas bombas. Los ‘pacifistas’ no vieron las orejas al lobo hasta que se dieron cuenta de que implicaba la pérdida de seis mil puestos de trabajo en Cádiz, hecho notar enseguida en masa por los trabajadores del astillero como primera advertencia seria.
Les faltó tiempo para dar marcha atrás a lo enmascarado como ‘declaración de intenciones’, no tanto porque les importase que miles de operarios se quedasen en la calle, sino por lo que tenía de incendiario para los muebles del Ejecutivo, siendo además el culpable de la imprudencia. Enfrente hay más que cuatro pelagatos amotinados en potencia, que no entienden de frivolidades podemitas ni se andan con coñas marineras si les tocan las narices.
