NADA QUE no se sepa revela el juez Vázquez Taín al afirmar que "hay niños que no tienen más vida que en internet", pero no por obvio deja de ser preocupante, como lo es que los jóvenes "no tienen ni la más mínima conciencia del riesgo que corren con el uso de las redes sociales". O peor todavía: "Hay chavales que confían mucho más en las redes sociales que en los padres". Evidente. El desarreglo es de tal calibre que, el viernes, un adolescente granadino de 14 años acuchilló a su madre por no reparar el wifi para jugar. El terreno está abonado. Mientras el gobierno francés prohíbe los teléfonos hasta en el recreo de los colegios, es España cada centro elige sus normas. ¿Libertad y libertinaje? En Galicia, por ejemplo, miles de adolescentes dedican a las redes sociales una media de cinco horas diarias. Más que a cualquier otra actividad, fuera de las horas de clase y de sueño. Una chica de 16 años confesó que mientras duerme le llegan sobre 2.000 whatsapp, que responde ya despierta. No crean que se arregla de un plumazo. Un amigo medió ante su hija de 12 o 13 años para que moderase el uso desmedido del smartphone. Respuesta: "Papa, sin móvil no soy nadie".
