Opinión

Playas sin colillas

VIVIMOS EN un asqueroso y cínico mundo saturado de cínicas y buenas intenciones carentes de nula efectividad. Los cartelitos que anuncian este verano ‘playa sin humos’ solo es una amable recomendación que casi ningún fumador avezado cumple. Los arenales siguen como siempre sembrados de colillas, que es el verdadero problema, pues ya se sabe que el humo playero no produce ningún efecto por mucha que sea su intensidad. Y las colillas son una auténtica guarrada, más que la presencia de perros, cuya prohibición se lleva más o menos a rajatabla. Conclusión: la sociedad a la que pertenecemos únicamente se pliega a razones cuando le va al bolsillo. ¿Cuántos harían caso a los radares en las carreteras si los excesos de velocidad no se sancionasen con multas? ¿Haría alguien caso si solo fuese un ruego? Lo de las playas es lo mismo, con la dificultad que supone aplicar medidas correctores mediante multas. Sería necesario un vigilante para cada usuario, y eso no es viable. Pero por lo menos debería de estipularse la sanción. No en todos, pero en muchos casos serviría de medida disuasoria. Por si acaso.

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