Opinión

Responsables

EN ESTOS casos suelen ser varias las causas y diferentes para cada caso, pero lo que primero se piensa es que la mayor responsabilidad recae tanto sobre los padres de los menores que beben o se emborrachan a partir de los trece años como quienes les venden o facilitan el alcohol, pese a todas las prohibiciones al respecto. Y también sobre la autoridad que no ejerce la vigilancia para que no ocurra. Es tremendo, más preocupante de lo que parece, que descienda hasta cotas tan bajas la edad en que se inicia el consumo del alcohol o droga, y muy llamativo y significativo que la tasa sea incluso superior entre las niñas, sin que la apreciación adquiera connotación machista. Los datos del estudio realizado por la Universidad de Santiago son contundentes y deben de encender todas las alertas. Poco importa que se detecte el leve retroceso de los botellones o que, a lo largo de la adolescencia se aprecie un descenso en el consumo de bebidas alcohólicas si no se controla su ingestión en momentos tan trascendentes y vitales para la formación del individuo, que en muchos casos impedirán reconducirla.

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