Opinión

Sanidad a trizas

AL MARGEN de intereses políticos y otras parafernalias partidistas, la configuración de las autonomías es, en alguno de sus divisiones, una caja de despropósitos, concebido quizá con la ingenua pretensión de simular un descafeinado Estado federal, diseñado en un parvulario. Por ejemplo, la fragmentación del sistema sanitario, desgajado del estatal para ganar (?), dicen, en eficacia, es un desatino funcional que maltrata la asistencia a los usuarios. La carta de una mujer andaluza denunciando el cobro de una consulta en un centro sanitario del Sergas por no ser gallega, es la mejor prueba de ello. Desplazarse por España con la tarjeta sanitaria de la comunidad a la que cada uno pertenece, no garantiza la cobertura asistencial fuera de la autonomía de origen, lo cual es un disparate de gran calibre, que produce inquietud, angustia e inseguridad en el ciudadano que paga religiosamente para ser atendido, también si enferma durante un desplazamiento, divisiones territoriales aparte. Ignoro si hay casos en que la incoherencia no existe, pero la aprensión de si le pilla a uno el apuro de ir al médico más allá de Pedrafita, permanece. No tenemos remedio.

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