Opinión

Tractores

NADIE discute los motivos que lleva a los ganaderos a denunciar el ruinoso precio de la leche; se entiende muy bien. Otra cosa es la forma de expresar su indignación, persistiendo Agromuralla en mantener cercado de tractores el recinto amurallado, con el consecuente incordio para la ciudad. Más que una protesta razonable es una pesadez y una terquedad inoperante que irrita a quienes nada tienen que ver con el problema y ninguna capacidad para resolverlo, ciudadanos y comerciantes del centro de Lugo, y sin embargo no produce ningún efecto como medida de presión contra quienes descargan la responsabilidad, distribuidores o políticos. Es, en suma, una medida coercitiva que se diluye en una impertinente rutina, que cabrea y desazona a los que sin comerlo ni beberlo han de soportarla. Y si eso es lo que se persigue, el recorrido es corto. La ocupación acabará por volverse en contra de sus promotores, propiciando el efecto contrario del que se persigue. Lo que se echa en falta es un planteamiento serio, que no pasa por amontonar tractores alrededor de la muralla.

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