Opinión

Truman Capote

LÁSTIMA que Truman Capote no viva para contar la subasta de sus cenizas en el próximo mes. Lo haría, seguro, con el ingenio de cuando narró ‘A sangre fría’, que ahora que lo recuerdo releeré por enésima vez. Igual es buena inversión, pero dada la ralea que rondaba al genial escritor, más bien conviene recelar de la legitimidad por muchos adeenes que lo acrediten. Lo de las cenizas humanas es poco de fiar. Cuenta Miguel Gila en sus memorias que a su regreso, en barco, desde Buenos Aires, un joven no se separaba de un sospechoso bote, lo que excitó el natural fisgoneo del pasaje. El portador acabó cediendo a la intrusión y confesó que contenía las cenizas de su tío para depositar en España. Como dudasen de su versión, optó por abrir el recipiente, con tan mal fario que una inoportuna ventolera, en cubierta, desperdigó el contenido. Para calmar su angustia, a los provocadores no se les ocurrió nada mejor que ir depositando en el bote vacío las cenizas de sus cigarrillos, y al llegar a puerto había una cantidad suficiente como para que el muchacho pudiese fingir el póstumo encargo del pariente, sin que la familia, a la espera, sospechase del fraude. Por eso digo.

Comentarios